Hacia el medio día del viernes 20 de abril de 2012, mientras en el casco urbano había tarde calurosa, en la cordillera Occidental caía un torrencial aguacero sobre las cuencas de las quebradas de Santa Inés, Yumbillo y La Buitrera. Era tal la magnitud de la lluvia precipitada sobre la montaña que los yumbeños temieron una gran creciente del río Yumbo. En las mentes aún perdura el recuerdo de la avalancha del 15 de abril del año pasado, y con las lluvias de los últimos días no da para pensar más.
Pequeños arroyos afloraron en la cuenca de la quebrada de Santa Inés. Foto www.todosesupo.com
Desde las dos de la tarde, los noveleros (aquellos a quienes estuvo alertando el día anterior Miguel Ángel Perdomo, coordinador del Clopad) se apostaron sobre los puentes que cruzan el río Yumbo a su paso por el casco urbano, dizque a la espera de la creciente que ya se sentía en el aire cargado con el olor a lodo y a capa vegetal arrancada por el agua de la lluvia cuando corre cañadas abajo.
Creciente a su paso bajo el puente de La Trinidad (Pasoancho) en Yumbo. Foto www.todosesupo.com
Así que primero fue la arremetida de la quebrada de Santa Inés la que hizo sentir la fuerza del agua represada en las empalizadas; después habría de llegar la creciente de la quebrada de Yumbillo. Y cuando la fuerza del agua de estas dos grandes quebradas, y que ya se habían juntado para ser el río Yumbo, no dejaban pasar el pequeño riachuelo de La Quebrada a la altura del puente de La Trinidad, ésta también hizo sentir su fuerza, abrió paso en el gran torrente que bajaba y se unió a la gran creciente que llegando al centro de Yumbo obligó a los noveleros a buscar refugio ante el temor de ser arrastrados por la gran corriente que lamía, y en algunos casos, superaba los puentes.
Afortunadamente la crecida de las quebradas que bajan de la cordillera Occidental y que forman el río Yumbo no fue simultánea como la del 15 de abril del 2011. De no haber sido así, hoy los yumbeños estaríamos lamentando una nueva (y anunciada) tragedia. Menos mal que solo fue un susto…