Crónica publicada por el diario El Colombiano de Medellín el 15 de diciembre de 2016.
Texto y fotos de Jheyner Durango.
Entró a una piscina a los tres años de edad y dos después ya le estaban colgando la primera medalla de oro competitiva.
“Es tanto el gusto que he tenido por el agua, que ni el frío de las cuatro de la mañana, hora en la que me entreno, ha detenido mi pasión por este deporte”, así expresa Bárbara Muñoz Quintero, quien con 14 (años), y como asegura el entrenador nacional Neber Arias, es una de las joyas de la natación colombiana.
La joven que parece una sirena por su figura, destreza, resistencia y velocidad, espera sacarle más brillo a su nombre en los Juegos Suramericanos Escolares que se disputan en Medellín, a los que llegó, como asegura, con la ilusión de revancha.
Ayer, en el comienzo del torneo acuático, la deportista que ya roza los 1,80 de estatura, descresta con sus progresos.
“En 2014, en Brasil, participé en este certamen y gané un bronce (400 metros libres), pero el año pasado no logré clasificar al evento de Paraguay, fue un golpe duro. Desde ese instante me puse de reto volver para dejar huella”, dice la vallecaucana, quien empezó a cumplir lo prometido al conquistar la medalla de plata en los 100 metros mariposa y, de paso, al bajar su marca -en 1.05,97-, la cual la clasifica al Suramericano de Cali en 2017.
“Y eso que la prueba no es uno de mis fuertes, por lo que estoy muy contenta. Esto me genera motivación para terminar primera en las competencias que me restan”, indica Bárbara, ahora favorita para imponerse en los 50 y 100 libres y 50 metros mariposa.
Sus últimos resultados la respaldan. Hace dos meses, en la Copa del Pacífico en Chile ganó dos oros, y en el reciente Nacional Interclubes en Valle terminó como la reina del evento, al ganar seis doradas, una plata y un bronce.
En los Suramericanos también desea ser la más laureada. “Por eso me esforcé”, dice la hija de Diana Marcela Quintero, administradora de empresas, Helmán Muñoz, un exescolta quien se encarga ahora de prepararla en sus entrenamientos deportivos.
“Representar a Colombia es un orgullo. Mi principal meta es ser medallista olímpica, no lo veo como un imposible, solo se trata de tener disciplina, por eso me sacrifico”, dice la promesa de la natación, quien a su corta edad sorprende con su fortaleza física y mental. En los Suramericanos sus brazadas prometen.