Los yumbeños se están acostumbrando a las lluvias que desde hace varios días no cesan. A cualquier hora del día o de la noche se puede desparramar el aguacero que obliga buscar dónde guarecerse y evitar la emparamada.
Están situación no solo la están viviendo (¿o sufriendo?) los habitantes de Yumbo sino también los del resto del país, y la explicación, según lo anunciado por el Ideam (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia), es que en esta segunda semana de mayo la temporada de lluvias está llegando a su pico más alto. No sobra decir que el aumento de las lluvias ha hecho que el Valle del Cauca esté de nuevo en alerta roja.
Expertos en el tema dicen que el pico en las lluvias se debe a que los suelos vienen saturados de humedad a raíz del inicio de la época de invierno el pasado mes de marzo, que se juntó con las lluvias de los meses anteriores que también fueron intensas.
En días pasados el diario El País de Cali publicó unas declaraciones del coordinador de la Red Hidroclimatológica de la CVC, ingeniero Harold González, quien dijo que analizando la historia de las lluvias y las condiciones climáticas y atmosféricas, se puede decir que cuando hay periodos de lluvia de más de tres meses, las precipitaciones cogen intensidad y se presentan picos como este.
Además aseguró que, por lo regular, siempre hay estos picos en la segunda o tercera semana de mayo y que durante todo el mes seguirán presentándose lluvias fuertes. “El impacto será como si estuviéramos apenas comenzando la temporada. Las condiciones climáticas serán muy húmedas”, expresó el coordinador.
Hay que estar alerta…
Si se atienden las informaciones de los expertos y el funcionamiento de una buena red de alertas tempranas es óptimo, no habrá porqué lamentarse por futuras tragedias. El asunto es saber hasta qué punto la ciudadanía está preparada para atender las consecuencias del aumento de las lluvias.
De manera puntual en Yumbo ya se tienen detectados los puntos vulnerables y ante ellos las autoridades competentes han tomado las medidas de rigor. Hace dos semanas, el 27 de abril, el alcalde municipal declaró la calamidad pública para atender las familias damnificadas con el fuerte aguacero de la madrugada del miércoles 26, y para prevenir riesgos mayores en el sector de La Cuchilla en Puerto Isaacs. (Lea nuestra nota Por temporada invernal, declarada la calamidad pública).
Los afectados con las lluvias en esta oportunidad no lo fueron con las aguas crecidas de los ríos Cauca y Yumbo. Lo fueron por las escorrentías de agua lluvia que bajan de las laderas y el riesgo de deslizamiento. Esto muestra, pues, que la vulnerabilidad en el territorio municipal no es solo la que representan los cauces de sus ríos tutelares, sino también la inestabilidad del terreno en algunos sectores de ladera.
Efectos fuertes de las lluvias en la historia de Yumbo
Históricamente Yumbo ha tenido que reubicar numerosas familias, no solo de las riberas del su río tutelar, sino también de los asentamientos de las laderas. Uno de ellos fue el que se presentó hace varios años en el barrio Nuevo Horizonte donde la fractura del terreno hizo que varias viviendas y la escuela del sector tuvieran que ser demolidas; los habitantes de este sector fueron reubicados en la naciente Ciudadela Carlos Pizarro León-Gómez. El sitio donde antes existieron las viviendas y la escuela hoy día es un parque con un excelente mirador para divisar el valle del río Cauca y el casco urbano central de Yumbo.
Otro barrio yumbeño que resultó afectado con la intensidad de las lluvias fue el de Las Cruces, aunque en su momento mucho se dijo de las posibles causas del deslizamiento que se dio en las faldas del cerro de Las Tres Cruces. Algunos argumentaban que se debió a la red del acueducto de la naciente Espy, y otros dijeron que la causa estaba en la deficiente red de alcantarillado del sector. Sea lo que fuere, lo cierto fue que muchas familias debieron ser evacuadas y reubicadas en los barrios Inviyumbo San Jorge y Lleras Camargo.
El globo de terreno que quedó desocupado de viviendas en Las Cruces debería ser tomado por la CVC para realizar las obras ecológicas que mitigaran el impacto negativo de la lluvia sobre el terreno y no fuera a afectar a las viviendas de más abajo. Sin embargo esto nunca se dio y el terreno tiempo después volvió a ser invadido y se conformó el gran asentamiento que los yumbeños conocieron como Techo Azul.
Los moradores de Techo Azul resultaron afectados con la fuerte temporada de lluvias de los años 2010 y 2011, y a ellos también la administración municipal los reubicó. Por estos días se rumora que ya existen nuevas viviendas en el sector, situación de la que ya tienen conocimiento las autoridades.
La intensidad de las lluvias: mucho más que pensar en el paraguas…
Ahora, cuando avanzamos por la lluviosa segunda semana de mayo de 2017, todos, autoridades y ciudadanía en general, deben estar alertas y atender las recomendaciones que dan los expertos:
- Los comités y las oficinas de Gestión del Riesgo de todo el país tienen que tener activados todos sus programas de socorro e intervención debido a que estas condiciones climáticas no dan tregua.
- No hay que confiarse en los días de calor y sequía. En cualquier momento se pueden presentar inundaciones y crecientes súbitas en los ríos.
- La población en general debe estar pendiente de los informes de la CVC y el Ideam para saber cómo están los ríos y las lluvias en su sector.
- Todos los suelos de la ladera están saturados de humedad debido a las fuertes lluvias y por eso es más propicio un deslizamiento de tierra. Por eso debe estar informando constantemente su situación a las autoridades.
- La práctica en campos abiertos es mejor suspenderla. La época y estos lugares son propicios para tormentas eléctricas. Ejercer algún deporte es correr peligro, así que procure hacerlo en un lugar donde pueda estar refugiado.
El hecho es que estamos avanzando por las semanas donde el pico de lluvias estará en su punto más alto y que será mejor prevenir que lamentar. Por eso debemos tomar conciencia de que no solo se trata de pensar donde guarecernos, sino de preguntarnos qué tanto estamos preparados para prevenir los posibles efectos de la lluvia que no para de caer sobre Yumbo.