Por Mahmoud A. ibn Marlium Jamir para www.todosesupo.com
Tenemos en escena a un exalcalde que hizo cuanto estuvo a su alcance por hacer elegir a una Representante a la Cámara. El mismo tiene intención de ser Senador de la República.
Tenemos en escena a un alcalde que tiene un gabinete, por supuesto, conformado por funcionarios que pertenecen a grupos o liderazgos políticos que hicieron campaña con él, pero sobre todo que votaron con él.
Tenemos en escena a un grupo de artistas que saben hacer y enseñar a hacer arte, no votos. Sin embargo, sobre estas personas recae un requerimiento: debe haber un padrino político que les avale porque no es suficiente con que sepan hacer y enseñar a hacer arte: deben, además, guardar lealtad a un político en un ambiente de abierto clientelismo, absolutamente extraño y ajeno a su tipo de producción. Pero no deben preocuparse demasiado por elegir, alguien ya lo ha hecho por ellos y sólo tienen que buscar al político asignado, articularse a su directorio, dejar un porcentaje de su sueldo para el funcionamiento del mismo, vender cada mes una rifa que también terminan pagando de su propio bolsillo, asistir a las reuniones…
Pero de un momento a otro, estos artistas y pedagogos son expulsados de escena: se han quedado por fuera de su labor puesto que el político al que le fueron asignados no ha quedado en buenos términos con el nuevo señor alcalde. Ahora serán reemplazados por otras personas que tal vez sepan hacer más política que arte, que pertenezcan a una red que haya quedado en buenos términos con el nuevo señor alcalde o que, por lo menos, no haya sido contrario a él. Ocurrió en 2012 y ocurre en 2020.
…Más de cuatro siglos y medio antes de que a un tal Karl Marx se le ocurriera decir en El 18 de brumario de Luis Bonaparte que «la historia se repite dos veces», un moro llamado Ibn Khaldoún se había percatado de que «El futuro y el pasado se parecen como dos gotas de agua». No obstante, la idea de la repetición tiene incluso, si se quiere, antecedentes bíblicos, pero esto lo dejaremos a quienes tengan mayor suficiencia en el tema. De momento, tal y como en 2012 hay que repetir: si no existe una intención real de acabar con el clientelismo al menos hay que saber que los talleristas del IMCY y los instructores del IMDERTY tienen algo más valioso que aportar. Es un error costoso tratarlos de esta forma tan indigna.
El concho: Dice Nietzsche que el político divide a la humanidad en dos clases: sus enemigos y sus instrumentos. Podría, acaso añadirse, que el buen político suele cambiar de enemigos e instrumentos como de corbata.
Mahmoud A. ibn Marlium Jamir. Sociólogo. Exmiembro del Parlamento Nacional de Juventudes Liberales. Excandidato al Consejo Directivo del Instituto del Pensamiento Liberal. Exsecretario de la Dirección Municipal Liberal de Yumbo. Corista y serenatero. Ópera, libros, café y tabaco.
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