Llevo una semana entera leyendo todo lo que los medios nacionales han publicado alrededor de la nueva racha por la que pasa nuestra querida Cali, la capital de todos los vallecaucanos. El envión de cosas positivas, evidentemente, lo generó la presentación en público del mega túnel de la Avenida Colombia, con su boulevard peatonal y la lindísima plazoleta Jairo Varela. Dos megaobras impulsadas por el ex alcalde Jorge Iván Ospina y acompañadas seriamente por el actual alcalde, Rodrigo Guerrero. Ve, uno las cosas buenas que pasan en Cali y se pregunta ¿Y Yumbo qué?

Hace rato que nuestra querida capital Industrial se viene quedando atrás. Hace rato que no encontramos un motivo para sentirnos tan orgullosos como hoy luce la bella Cali.

El camino fácil sería dejar en hombros del alcalde toda la responsabilidad, pero no creo que sea así. Aunque Fernando David Murgueitio es hoy el capitán del barco, hace rato que nuestra clase política está en mora de proponernos algo más que tapar los huecos y darnos seguridad. El tema fundamental para el éxito de ciudades como Medellín y ahora Cali es uno solo: Creatividad.

No es que en Yumbo no se haga nada. Ahí está el Plan Especial para la zona Industrial, ahí está la Mega Estación de Policía o la sede nueva de la Alcaldía. Se han hecho cosas y hay que celebrarlo, pero a todas luces, ninguna de ellas responde a una verdadera innovación, a una propuesta digna de retratar por la prensa internacional. Se cumple, pero sin sorpresa alguna. Se cumple, como el estudiante de promedio regular que lleva las tareas, que no es el peor de la clase, pero tampoco le alcanza para ser el primero.

Sin embargo, debo insistir en que la salida fácil sería dejar todo en manos de los concejales y el Alcalde, el bendito lugar común. ¿Pero, no sería más transgresor si las propuestas salen de la ciudadanía, de las cientos de organizaciones sociales que existen en Yumbo, de las Fundaciones -que pululan- de los estudiantes, de los profesores, de los artistas?

Creo que hace rato la ciudadanía, desde su posición poderosa, está en mora de manifestarse, de proponer. Cali lo hizo. Propuso 21 mega obras (eso sí criticadas porque a la gente le tocó meterse la mano al bolsillo). No obstante, hoy, los resultados están viéndose. Hoy, el país entero habla de Cali como la ciudad milagro, la ciudad que resucita. Por eso, yumbeños: ¿Y nosotros qué?

Por Ronald Mayorga. Especial para www.todosesupo.com

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