Ya son 78. Los muertos en Yumbo de este año. Los muertos por homicidio. Esa, por lo menos, es la cifra oficial. La informó este miércoles 5 de octubre el secretario de Paz y Convivencia del municipio, Jesús Antonio Copete. La repitieron el coronel de la Policía Édgar Peña y el teniente Jorge Andrés Rey.
Es decir: en la ‘Capital Industrial de Colombia’ han asesinado durante el 2011, en promedio, a ocho personas cada mes, dos cada semana, en un territorio de 104.000 habitantes. De continuar los crímenes, Yumbo se podría ubicar a final de año como uno de los territorios más violentos de Colombia. Sólo en 2010, según el informe Forensis de Medicina Legal, en el municipio se contabilizaron 101 asesinatos y su tasa de homicidios
por cada cien mil habitantes fue de 97. Triplicó la tasa general de todo el país: 38.
No es mentira, entonces, eso de que la gente está asustada. En el Parque Belalcázar, el más tradicional de Yumbo, un hombre a quien se le reservará la identidad contó en voz muy baja: “los que vivimos aquí sabemos que van a venir más muertos. Por eso la vida nocturna ha cambiado. La gente se está quedando en la casa, no sale como antes. Eso hasta está afectando la economía de los comerciantes”.
¿De dónde viene la violencia que está azotando a Yumbo?
Extorsiones y microtráfico
La Policía habla del microtráfico de drogas. La guerra por el control del negocio, en parte, es la razón de tanto muerto. El teniente Jorge Andrés Rey asegura que ya se han desarticulado dos bandas dedicadas a ese ilícito: la de Rodrigo Luna, alias el Gago, que operaba en el sector de Las Américas, zona de ladera de Yumbo, en la Comuna 1, y la de alias El Guajiro, en el sector de Las Cruces, Comuna 2, también sector de ladera.
“Identificamos que dentro de esas bandas, por disputas territoriales, se había desatado una serie de homicidios selectivos. Era una manera de ajustar cuentas entre ellos mismos”, dijo el teniente. ‘El Guajiro’, por cierto, está en la cárcel; alias El Gago está prófugo.
El País pudo establecer además que hay otro grupo criminal que aún no ha sido desarticulado y que está tras el negocio del expendio de estupefacientes. Se trata de la banda de ‘La Mona Leonila’ que controla la venta de alucinógenos en varios barrios del municipio.
Pero aunque se sabe quienes son los delincuentes, parece que el negocio del microtráfico es imposible de conjurar para las autoridades: “Cuando acabamos con una olla, con un sitio en donde se expende droga, generalmente llegan nuevas bandas a querer apoderarse de ese sector. Entonces empieza el problema, el enfrentamiento entre diferentes grupos que disputan el control de esos territorios. Eso es lo que está generando la violencia, los muertos”, dijo el coronel Édgar Peña.
De otro lado, en Yumbo también se ha detectado a un grupo dedicado a la extorsión. Cobra ‘vacunas’ a los expendedores de drogas. Esa es otra guerra silenciosa de la que pocos se percatan. También extorsionan a los comerciantes, aunque éstos, por temor, no denuncian. Los casos ya denunciados son de comerciantes que laboran en la plaza de mercado. El grupo de extorsionistas, por cierto, era liderado por alias Mazamorra. Lo mataron hace dos semanas en el Parque Bolívar.
Y a todo lo anterior se le suma lo que este diario ya había divulgado el pasado 17 de julio: un documento de la Defensoría del Pueblo regional Valle advertía que en Yumbo se ha detectado la presencia de bandas criminales al servicio del narcotráfico.
El documento no especifica los nombres de esas bandas, pero una fuente que pidió la reserva de su nombre aseguró que se trata de ‘Los Comba’, organización criminal liderada por los hermanos Javier Antonio y Luis Enrique Calle Serna.
La misma fuente señaló además que la banda criminal ‘Los Urabeños’ está entrando a Yumbo, además de gente del norte del Valle relacionada con el narcotráfico y un grupo armado que identificó como ‘Macondo’. ‘Los Comba’ y ‘Los Urabeños’ tendrían intereses en apoderarse e infiltrar el manejo administrativo del municipio: “Esas organizaciones respaldan a gente poderosa de Yumbo. Y a eso hay que agregarle que toda la vida ha habido presencia de la guerrilla: Farc y ELN”, dijo la fuente.
Es decir: Yumbo, un territorio de apenas 104.000 habitantes, está sitiado por diversos grupos delincuenciales y armados que buscan dominar el negocio del microtráfico de drogas, las extorsiones, por un lado, y otros que le apuntan a controlar el poder administrativo para, a su vez, controlar el presupuesto. Yumbo, se recuerda, es de los municipios de Colombia que más recursos recibe de acuerdo al número de habitantes. Al año, en promedio, el presupuesto es de $160.000 millones.
Y la justicia que tendría que frenar esta situación, además, parece no funcionar. Hasta la fecha, por ejemplo, no se han esclarecido las muertes de políticos del municipio como Jairo Romero y Rafael Uribe, asesinados en 2004. Ambos fueron candidatos a la Alcaldía. O el caso del concejal Ángel María Salcedo, ‘Lito’. Y los más recientes: el diputado y candidato a la Alcaldía Fernando Vargas, ultimado en julio de este año, y Mario Bejarano Castillo, hermano del ex alcalde Carlos Alberto Bejarano, que murió el pasado miércoles 28 de septiembre.
En Yumbo, dice el hombre que habla en el Parque Belalcázar, la institucionalidad se perdió hace mucho tiempo. Eso, también, genera violencia.
La guerra del hambre
Pero el fondo de tantos homicidios registrados en Yumbo tiene una raíz más profunda a lo ya escrito: la crisis social del municipio. “Acá el desempleo, la miseria, el hambre, es peor a lo que se vive en Aguablanca, en Cali. Es impresionante. En Yumbo hay gente que no tiene cómo vivir, cómo comer ni siquiera. Eso genera problemas, violencia”, denuncia el coronel Peña.
Lo mismo piensa el concejal Carlos Arturo Villa Luna, a quien, por cierto, ya le mataron dos sobrinos y un hermano. Además, acaba de ser informado por las autoridades sobre un plan con el que se pretendía asesinarlo a él y a otros dos concejales: Carlos Alberto Sánchez y John Jairo Santamaría.
¿Por qué en un municipio con un presupuesto tan elevado sus habitantes viven en condiciones precarias, sus vías están en pésimo estado, la estación de policía es una casa en arriendo en donde por cierto se debe el arriendo y el hospital sigue siendo nivel 1?
La respuesta, denuncia el concejal Villa Luna, está en una palabra: corrupción. “Escríbalo: a este municipio se lo tragó la corrupción. Por esa corrupción, aquí hay gente que se acuesta sin comer, jóvenes que se pierden en el delito porque no tienen oportunidades. La respuesta a la violencia que se vive en Yumbo está en los malos manejos administrativos del municipio”, dice.
Yumbo, justamente, según un documento de la Fundación Empresarial Para el Desarrollo de Yumbo, Fedy, es el tercer municipio de Colombia con mayor recaudo de impuestos por habitantes, pero, por otro lado, es de los más rezagados en inversión de esos impuestos por habitante.
Ahí, también, hay otra respuesta al por qué van 78 homicidios en lo que va del año.
Fuente: El país.