Por Juan de Dios Vivas-Satizábal para www.todosesupo.com

Primeros intentos por una Notaría para Yumbo.

Cuando finalizó 1906 la población de Yumbo era de 4.000 habitantes y el presupuesto de Rentas y Gastos 2.391 pesos oro. En 1907 los yumbeños esperarían recaudar 2.732 pesos, y algunos visionarios preveían que estas tierras serían importantes en la economía regional. Ya conocían de las obras del ferrocarril que avanzaba por el cañón del río Dagua y que el trazado para tramontar la cordillera en Tocotá, había sido modificado para que pasara por Yumbo. Tal vez por eso, los concejales en ejercicio en 1907 (Lucio Rojas, Francisco A. Espinosa, Liborio García, Rafael Quintero y Pedro Nel Sánchez Isanoa) le solicitaron al Congreso de la época, la Asamblea Nacional y Constituyente, que se creara en Yumbo una notaría. El encargo le fue encomendado al diputado caleño Evaristo García, pero resultó fallido.

La dinámica del pueblo de Yumbo en los albores del novecientos era diferente a la de 1857 cuando Gabriel Lenis ejerció el servicio de Registro Civil en lo que sería la génesis de la Notaría de Yumbo. Cuenta don Alberto Mendoza Mayor que el notario Lenis registró tres nacimientos y una defunción en 1857, cinco nacimientos en 1858, y un nacimiento y dos matrimonios en 1859.

En el primer decenio del siglo XX, los cambios institucionales en nuestro país se estaban dando y a despecho de lo que quisieran los caucanos para el Gran Cauca (que abarcaba casi la cuarta parte del territorio nacional), en 1904 había empezado lo que sería su desmembración con la creación del Departamento de Nariño, luego en 1905 parte de la Provincia del Quindío entró a formar parte del Departamento de Caldas, y en 1908 se crearían los Departamentos de Popayán, Cali, Buga y Cartago.

Aun estaba fresca la tinta de la firma del Presidente de la República, general Ramón González Valencia, sobre el Decreto 340 del 16 de abril que creó el Departamento del Valle del Cauca con los antiguos departamentos de Cali, Buga y Cartago, cuando el 1 de mayo de 1910, el médico Pablo Borrero Ayerbe se posesionó como el primer gobernador de los vallecaucanos. Con departamento nuevo los yumbeños debieron esperar a que se posesionara la Asamblea Departamental para solicitar, de nuevo, la creación de su Notaría.

Pasaron diez meses para que la Primera Asamblea Departamental del Valle se posesionara, el 1 de marzo de 1911. Diputados principales: Tulio Enrique Tascón Quintero, Aquilino Soto, Emilio Santofimio, Mario de Caicedo Lozano, Salvador Iglesias, Joaquín Navia, José Joaquín Ayala, Víctor Soto, Federico Alejandro Uribe Uribe, Rafael Rengifo, Manuel Caicedo, Carlos Crespo, Gonzalo Lozano Lozano, Antonio Salazar y Miguel Ángel Lozada, junto con sus suplentes: Ramón Becerra, Tobías Vergara, Manuel de Jesús Palau, Aparicio Molina, Honorio Henao, Joaquín Lasso, Guillermo Borrero, Leopoldo Orejuela, Roberto Cruz, Francisco Rivera, José Capurro, Justiniano Durán, Miguel Llanos, Leonidas González y Carlos Salcedo. Y pasarían apenas 35 días para que el miércoles 5 de abril de 1911, el presidente de la Duma Departamental, Federico Alejandro Uribe, y el Secretario, José Manuel Saavedra Galindo, firmaran la Ordenanza 26 mediante la cual se crean las Notarías de Yumbo y Jamundí.

Quiénes gobernaban entonces a Yumbo…

El alcalde de Yumbo en 1911 era Enrique Santamaría y su Secretario, el maestro Manuel María Sánchez Velasco. Quien contaba los escasos 1.024 pesos oro del exiguo presupuesto yumbeño era don Nicolás Muñoz, y quien ejercía la Procuraduría Municipal en 1911 era Félix Hurtado, mientras que quien impartía justicia como Juez Municipal era don Máximo Santamaría. El órgano legislativo local estaba conformado por Buenaventura Lenis, Genaro Bejarano, Manuel María Sánchez Velasco, Pío López, Benigno Sánchez, Isaías Muñoz Mendoza, Ignacio Sánchez y Sergio Díaz López. A todos estos servidores les correspondió, a nombre de la comunidad yumbeña, recibir la gran noticia de la creación de la Notaría para Yumbo.

Sin embargo, los yumbeños tuvieron que esperar hasta después del 16 de julio para que la Notaría fuera realidad. El gobernador Borrero Ayerbe no ejecutaba la Ordenanza 26, razón por la cual la Asamblea Departamental le solicitó, mediante carta, que nombrara Notario para Yumbo.

El 20 de octubre de 1911, o sea 59 años después de que el Congreso de la República de Nueva Granada expidiera la Ley del 3 de junio de 1852 con la cual constituyó el primer Estatuto del Notariado, estableciendo el término de Notario en lugar de Escribano de la legislación española, los yumbeños fueron testigos del primer acto del Notario local, don Isaías Muñoz Mendoza, en la expedición de la que sería la Escritura Número Primero.

Don Isaías Muñoz Mendoza, el primer Notario 1911-1916

Los yumbeños se enteraron pues, que “En el Distrito Municipal de Yumbo, Departamento del Valle, República de Colombia, a los veinte días del mes de octubre de mil novecientos once, ante mí Isaías Muñoz, Notario del Circuito de Yumbo y los testigos instrumentales señores Arcenio García y Lisardo Rosero…”, las hermanas Filomena y Claudina Velasco le vendían un solar de tierra a Liborio García por la suma de setecientos pesos. Hoy día, leyendo esa escritura, nos damos cuenta que por entonces el metro cuadrado de tierra en el centro de Yumbo valía un peso con noventa y tres centavos…

Don Isaías era hijo de Pedro Muñoz, un payanés llegado a Yumbo, y doña María Jesús Mendoza, yumbeña fututa, ocupó cargos públicos, ejercía la homeopatía y fue pedagogo en Buga, por eso nadie se extrañó de que fuera el escogido para tomar nota de lo que pasara en Yumbo. Don Isaías contrajo matrimonio con doña Dolores López y tuvo cuatro hijos: Isaías (Isaiítas, como le llamaban los yumbeños), César, Clara y María Soledad Muñoz López.

Siendo notario don Isaías Muñoz Mendoza el Ferrocarril del Pacífico llegó a Yumbo, y fue uno de los invitados especiales ese 7 de agosto de 1914, dando fe del arribo del progreso a estas tierras. Su última escritura figura en los anales de la Notaría Única de Yumbo con fecha 31 de diciembre del año 1916.

Isaías Muñoz López

En el cargo de notario de Yumbo habría de sucederle su hijo Isaías Muñoz López, desempeñándolo desde el 1 de enero de 1917 hasta el 7 de mayo de 1926. Contrajo matrimonio con Tulia Otero de cuya unión hubo siete hijos: Hernando, José, Leonardo, Martha Oliva, Blanca Lucía, Melba Dolores y Hernán Isaías. Don Isaías Muñoz López falleció el 31 de marzo de 1983, el mismo jueves Santo en que un terremoto asoló a Popayán.
Don Isaías Muñoz López fue testigo del mayor cambio que haya vivido Yumbo. Fue a él a quien le correspondió presidir la entrega de la Escritura No. 71 del 23 de diciembre de 1920 mediante la cual la Parcialidad Indígena, por medio de sus representantes legales, traspasó sus tierras al Municipio a título de cesión gratuita. Ese día, víspera de la Nochebuena del 20, comparecieron ante el notario, don Isaías Muñoz López, los Cabildantes Alberto Mendoza Mayor, Sergio Díaz López y Vicente Perea, asesorados por el Fiscal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali, Juan Triana Garcés. El personero municipal, Jesús María Muñoz, aceptó la cesión. Los testigos instrumentales fueron Miguel Valencia León (Jefe de la Estación del Ferrocarril en Yumbo) y Eliseo Caicedo, recaudador de Rentas Departamentales. El alcalde de entonces era Manuel Satizábal y el Prefecto de la Provincia de Cali, don José María Otoya; ellos asistieron al acto como invitados especiales.

Ironías de la Historia. A don Isaías Muñoz López le correspondió presidir la culminación del tránsito de las tierras de la Parcialidad Indígena a la Municipalidad. Sin embargo, su padre, Isaías, el viejo, en 1913 siendo el notario de Yumbo no firmó la Escritura 35 del 22 de septiembre de 1913 mediante la cual el Cabildo de la Parcialidad de Yumbo le tituló al Municipio sesenta hectáreas del terreno sobre el cual se asentaba el casco urbano de nuestra ciudad. El notario suplente en ese acto fue Manuel Antonio Ferrerosa; testigos, Lisardo Rosero y Félix Hurtado. Don Isaías Muñoz Mendoza firmó como Presidente del Cabildo, y quien recibió fue el Personero, don Daniel Delgado.

Alejandro Mendoza

Desde el 12 de mayo de 1926 hasta el 10 de junio de 1936 ejerció como notario don Alejandro Mendoza, hermano de don Pablo Mendoza, padre de Alberto Mendoza Mayor. Con la llegada de don Alejo Mendoza como notario, los yumbeños dejaron de ir hasta la casa de los Muñoz (en la carrera tercera con calle octava) a realizar trámites notariales, sino que subían una cuadra más, hasta la tercera con séptima, porque lo que se estilaba era que la notaría quedara en la casa del notario. Esta costumbre persistió hasta que fue notario Sergio Díaz López, pues con la llegada de don Justiniano Romero, él alquilo local para la Notaría en la casa de Ramón Guevara en la carrera sexta con calle sexta.

Sergio Díaz López

Según los libros notariales, desde el 16 de junio del 36 hasta el 2 de febrero de 1950, el notario de Yumbo fue don Sergio Díaz López, hijo del coronel José Napoleón Díaz Isanoa (combatiente en la Batalla de Los Chancos de la guerra civil de 1876-77) y Juana López (criolla ranchera de las huestes Radicales en esa guerra), ambos yumbeños.

Mientras don Sergio fue notario, la notaría funcionó en la carrera quinta con calle séptima. Ahí vivía con su esposa, Dolores Tulia Tello, con quien tuvo seis hijas: Apolonia, María Luisa, Ismenia, Esther Julia, Cecilia y Dolores. Don Sergio era el abuelo de Sergio Díaz (hijo de Apolonia), el popular Popocho, quien junto a Carlos Muñoz Díaz fueron toda una institución en la Notaría de Yumbo.

Justiniano Romero

El 5 de febrero de 1950 empieza sus funciones como notario único de Yumbo el abogado Justiniano Romero hasta el 14 de septiembre de 1960. Antes de llegar a Yumbo había trabajado en el gobierno departamental y se había desempeñado como Juez en Santuario y Apía, en el viejo Caldas, y Buenaventura y Dagua en el Valle del Cauca. Don Justiniano Romero vino a vivir a Yumbo a una casa de los López en la carrera quinta, mientras la Notaría funcionaba en la carrera sexta con calle sexta. Sin ser yumbeño, don Justiniano salió emparentándose con los yumbeños, pues una de sus hijas, María Luisa, se casó con Alejandro Sánchez Candelo.

Lino Correa Chávez

Uno de los notarios de quien más recordación tienen los yumbeños es Lino Correa Chávez. Cumplió sus funciones desde el 15 de septiembre de 1960 hasta el 8 de enero de 1965. Le correspondería a él la celebración del primer centenario de vida municipal de Yumbo y los primeros 50 años de creación de la Notaría Única, así como hoy le corresponde el turno al doctor Raúl Jiménez Franco (noveno notario en la historia yumbeña) festejar el centenario de la notaría; pueda ser que a él sea a quien le corresponda el honor de celebrar el primer sesquicentenario de la municipalidad. Don Lino Correa Ch. (como le nombraban los yumbeños), después de ejercer la notaría, siguió vinculado a la política local siendo concejal en el periodo 1968-1970.

Francisco Álvarez Ochoa fue el notario titular de Yumbo en el periodo del 18 de enero de 1965 y el 24 de febrero de 1968; sin embargo, en el último año quien figura como notaria suplente (desconocemos las causas) es la señora Josefina Cardona.

Horacio y Raúl, los más recientes…

El 25 de febrero de 1968 empezó el periodo de Horacio Ramírez Lorza como notario único. Por entonces, Yumbo desarrollado gracias a la industrialización contaba con más de seis millones de presupuesto y el número de habitantes se acercaba a los 30.000. El desarrollo de Yumbo sería aún mayor con la llegada del agua potable al municipio, fruto del contrato que en presencia de don Horacio firmaron, entre otros, el gerente de Emcali, Alfredo Domínguez Borrero, y el alcalde de Yumbo, Armando Iragorri. Esa fue la Escritura 0931 del 11 de septiembre de 1981. La firma fue en un acto público que se llevó a cabo en el recinto del Concejo Municipal, ya que la lluvia no permitió que fuera en el parque Belalcázar, con la presencia del entonces gobernador de los vallecaucanos, Humberto González Narváez.

Don Horacio Ramírez Lorza fue el notario de los yumbeños hasta el 2 de junio de 1992. Entre sus actos hay que destacar que él se puso en la tarea de recuperar el volumen de la copia del Juicio ventilado el año 1770 y los siguientes, por tierras, sustentado por don Juan Antonio de Nieva y Arrabal con los Indios de Yumbo. Esta copia en un inicio había sido propiedad del Cabildo de Indígenas de Yumbo, pero en los años cuarenta Manuel María Buenaventura Pineda consideró que no debía estar en Yumbo, y valiéndose de influencias logró que el gobernador de entonces le ordenara al notario Sergio Díaz López que se lo entregara. Este valioso documento para la historiografía yumbeña permaneció por muchos años en la Notaría Primera de Cali, hasta que don Horacio logró su repatriación en 1971.

Después de don Horacio llega a la Notaría Única del Circuito de Yumbo el abogado Raúl Jiménez Franco, vijeño adoptado por Yumbo que se vinculó a nuestro municipio desde el año 1966. Antes de ser nombrado notario, el doctor Jiménez Franco ya había puesto sus capacidades al servicio de la administración pública en diferentes cargos desde Inspector de Policía hasta alcalde encargado. Fue además miembro del concejo municipal en calidad secretario y concejal.

Raúl Jiménez Franco se está desempeñando como notario desde el 3 de junio de 1992 y fue a él a quien le correspondió el reto de llevar la notaría a la era del tercer milenio, aplicando en ella toda la tecnología que tan alto servicio requiere. Hoy, 104 años después de que un puñado de yumbeños visionarios quisieron dotar a nuestro municipio de un servicio de notaría, el doctor Raúl Jiménez Franco comparte el orgullo de los yumbeños por estos primeros cien años de la Notaría Única de Yumbo, y serán, pues, los historiadores del futuro quienes cuenten las ejecutorias ya que este cronista que escribe para que Yumbo no pierda la memoria, por falta de espacio y de tiempo, no les puede relatar.

Por Juan de Dios Vivas-Satizábal.

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