Uno de nuestros ciberlectores empapado nos envió unas fotos ilustrativas del drama que viven los yumbeños cada vez que llueve.

Cuando llueve es una odisea andar por algunas vías: las calzadas se convierten en arroyos por la inexistencia de un adecuado sistema de alcantarillado pluvial y si se quisiera buscar resguardo bajo algún alero o avanzar por los andenes, el transeúnte se encontrará con que están convertidos en parqueaderos.

Nos cuenta nuestro reportero ciudadano que al respecto le preguntó a un guarda de tránsito qué hacer. El guarda le dijo que eso era competencia de la Secretaría de Paz y Convivencia porque los dueños de las motos, cuando se les llama la atención, dicen que las parquean en su predio que es propiedad privada.

Entonces, mientras llueve…, que los viandantes yumbeños se sigan mojando.

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