El pasado 10 de junio un menor de once años residente en la vereda El Chocho, zona rural del municipio de Yumbo, fue atendido en el Hospital La Buena Esperanza en las horas de la mañana por presentar una herida en un dedo de la mano derecha producida por la mordedura de un gato.
Según versiones del padre del niño, Rolando Chicangana, la mascota, que murió al día siguiente, no poseía ningún tipo de vacuna y se había presentado extrañamente agresivo en los últimos días. En la misma vereda donde habita el menor y su familia, murieron en las semanas siguientes otras dos mascotas.
El caso llegó a la Secretaría de Salud Pública Departamental, que confirmó el caso de rabia felina luego de que el Instituto Nacional de Salud (entidad que tiene a cargo la prevención y promoción dela salud pública) estudiara el cerebro del animal muerto, recomendando intensificar el control y vigilancia de la rabia en el departamento y especialmente en este municipio.
Algunos de los aspectos a implementar en este tipo de alertas, según el Instituto, es la realización de un barrido cinco manzanas a la redonda de donde se presente el caso para verificar vacunas antirrábicas de animales con glándulas salivales (perros, gatos, zorros, micos, etc.) y los vacunados deben ser observados por 45 días.
Sandra Milena Miranda Cuero, secretaria de Salud de Yumbo, afirmó que este despacho realizó una “revacunación a animales del sector, vacunó a las personas que mantuvieron contacto con los animales, y capacitó a los habitantes del sector respecto a la prevención de la enfermedad”.
El niño afectado permanece en estricto control médico y no se detectó la transmisión de la enfermedad tras la mordedura. En el hospital local se han reportado en los últimos días más de diez casos de mordeduras de este tipo de animales procedentes de la misma vereda y están a la espera de aplicar el protocolo que las autoridades recomiendan.
Como medida preventiva, la Secretaría de Salud hace un llamado para que los dueños de las mascotas las vacunen luego del tercer mes y estén atentos a identificar comportamientos agresivos o aparición de saliva espesa para que informen oportunamente.