A Hollman Morris lo recuerdo a lomo de Mula, con la cara húmeda por el calor vaporoso de una selva tropical, o por los aguaceros en pueblos profundos, perdidos en las cordilleras, llegaba ahí donde estaban los focos del conflicto armado para contarle a Colombia y al mundo esas historias de los pobres que siempre tienen que mamarse la guerra.
Así fue que les dijo a los pocos televidentes de Contravía, su programa estrella que se transmitía en horario nocturno por el Canal Uno, que en Colombia se recrudecía la guerra, especialmente en el departamento del Cauca durante los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe, que en ese departamento seguían quedando en medio del fuego campesinos, indígenas y en especial niños que al parecer sólo tenían como destino convivir en medio de los tiros.
Desplazados, despojos de tierras, bombas en escuelas, todo en medio del silencio tradicional de los canales privados, un mensaje que coló más en el exterior que en su propio país y lo hizo ganador de premios periodísticos en Europa y Estados Unidos, y que además provocó injustamente su exilió. Pero Morris se sentó en el escritorio de la dirección del Canal Capital y ya no es el mismo de antes.
Durante la crisis del gobierno del alcalde Gustavo Petro convirtió al canal público de la capital en un reproductor de todos los antojos del mandatario capitalino: jefes de despacho, asesores, congresistas cercanos al alcalde, todo el día declaraban rechazando la destitución del burgomaestre, sumando esos testimonios como única verdad y convirtiéndolo en un medio institucional, propagandístico del alcalde de turno, todo lo contario a lo que debe ser un canal público.
Su última intransigencia fue hacer renunciar a tres periodistas porque les quiso imponer una cláusula en su contrato que los obligaba a seguir las líneas editoriales de esa empresa periodística y, además, los presionaba por los invitados que debían llevar a un programa matutino.
Dirán algunos trasnochados que eso lo hace Caracol y RCN todo el día, todos los días, y sí, claro que lo hacen, pero estos son medios de los que hace rato sabemos sus intereses, no son públicos y lo más triste: no los dirige Hollman Morris, el periodista que alguna vez con su impecable trabajo les contestó casi que en solitario a los que decían que en Colombia la guerra había terminado.
Por Luis Fernando Riascos para www.todosesupo.com.
Luis Fernando Riascos, comunicador social yumbeño de la Universidad Autónoma de Occidente de Cali.
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