Hay cosas en las que la libertad de prensa se acomoda tanto en ella misma para insultar, agraviar, vituperar, mofarse y en algunos casos incitar al odio, la guerra y el libertinaje, y en sí, al irrespeto, nicho antrópico de la tolerancia.
El terror después del 11-S con las Torres Gemelas, vuelve y enciende las alarmas con lo de París. Se reviven posibles atentados criminales sobre las calles de cualquier país del mundo, en los que las políticas de seguridad se ven amenazadas por desavenencias sociales, religiosas y políticas, con grupos terroristas. Y en otros casos, la extensa legislación permisiva a la llamada libertad de prensa, sin lugar a dudas innegable, indiscutible y necesaria, pero que en otros escenarios pone en riesgo la seguridad democrática de los pueblos.
Podemos decir lo que se nos antoje porque así lo estima conveniente o lo estipula la ley, la cultura y la educación de cada país. Por lo general, cada país en su Carta Magna reconoce la libertad de prensa con la idea de que el pueblo tenga acceso a la información, investigación periodística, reconocimiento a la persona individual y el derecho de expresarse libremente en público o en privado, sin el temor de ser agredido, condenado o tachado de persona no grata.
Hay países que dentro de su cultura milenaria arrastran con la osadía de reconocer la parodia, la mofa, el humor negro, los guiñotes, las viñetas y caricaturas, entre otros, como elementos que atraen y llegan culturalmente a la sociedad como medida de denuncia o de posible investigación judicial, como elemento probatorio o como sentencia juzgada. Se vinculan igualmente escuchas, suspicacias, intrigas, revanchismos, a lo que también se le ha llamado libertad de prensa. Este término mal usado, irreverente e irrespetuoso, pone los principios y valores ciudadanos en entre dicho.
La libertad de prensa no puede ser la libertad para unos y la coerción para otros. No puede ser restrictiva, pero tampoco que a nombre de la libertad se dé paso al insulto y al irrespeto. Como dijera el papa Francisco, que igual provoca la atención de los medios en el regreso de Filipinas este fin de semana con una polémica declaración en la que utiliza el símil del puñetazo para decir que la libertad de expresión debe tener límites, declarando que si alguien insultare a su sagrada madre, se puede esperar un puñetazo. Luego los académicos en clase de Derecho utilizan los proverbios “mis derechos comienzan cuando terminan los tuyos”, “mi libertad termina, donde empieza la de los demás”.
Hay dos clases de libertades, la real y la irreal. La primera sería lo que yo puedo hacer, lo que debo hacer o lo que me dejan hacer. Y la segunda, en la que yo puedo hacer lo que me plazca. De ahí derivo que una libertad de expresión vasta no podría ser, porque se yuxtapone con la libertad irreal.
Yo me pronuncio a favor de la libertad de expresión donde el Estado controle la entidad pública y privada. Lo privado no puede tomarse todas las atribuciones libertarias porque de lo contrario actuaría en nombre del Estado, y es éste quien tiene la voz y el mandato del pueblo. Y la entidad pública tiene que ceder espacio, porque si no la corrupción y el mordaz gobierno de turno pasará la aplanadora a quien no este con él, o sea, a la libertad de expresión para manifestar su ego, inmediatez, y favorecer sus amigos y cómplices.
Tras la sanción al ciclista español Alberto Contador en 2012, después de haber vencido en el Tour de Francia y el Giro de Italia, “porque supuestamente se dopaba”, se vinieron todas las burlas y mofas del vecino país, Francia. Los guiñotes de Canal +Francia emitieron un polémico video en el que insinúan que Rafael Nadal, figura número uno del tenis mundial, “igualmente se dopa”, arguyendo que los deportistas españoles no ganan por casualidad. De la misma manera lo hicieron con la Selección española después de haberse clasificado a la Eurocopa 2012 venciendo al conjunto francés. Luego llovieron los escándalos por las redes sociales, llamadas a embajadores y ministros y medios televisivos, llamando al orden y al respeto. Las críticas al humor gabacho, como le llaman los españoles a los franceses cuando están disgustados, han dejado inconformes y ofendidos a los deportistas y a sus seguidores por falta de consideración y respeto.
Lo que sucedió con los atentados a la revista Charlie Hebdo, no ha sido más que un insulto constante a un fanatismo religioso, una provocación, diría yo, dirigida estratégicamente, calculada para seguir encendiendo las alarmas y la zozobra del terror; para seguir cuestionando las soberanías y la seguridad mundial, para seguir vendiendo armas, y para seguir en este lodazal de injusticias donde el tuerto y el ciego saca igualmente partido.
Vivo en un pueblo no mayor a 9000 habitantes, a 53 kilómetros de la capital Valencia, donde el alcalde de turno se embriaga de demócrata, de proponer la mejor disciplina y honradez; con 20 años en el poder, y critica las dictaduras, donde sólo tienen la palabra él y sus secuaces. Omnipresente y omnipotente, arrogante y falaz, tiene todos los medios públicos y privados a su servicio. Nadie, ni la oposición, tienen derecho a los contratos públicos y licitaciones. Hay libertad de prensa según el burgomaestre, pero un pleno del Concejo Municipal en cabeza de él, no podrá ser grabado y mucho menos enviarlo vía TV en directo.
En su periódico mensual escurren letras de periodistas llamados jocosamente “toros mansos”, palabras dulces, y con la reverencia que exige un dictador. La radio pública no existe, está la privada, pero igualmente de los tres canales radiales actuales, uno es quien se lleva una pequeña migaja, los dos restantes se llevan la indiferencia y la antipatía del gobierno local. En canto a los medios TIC, que es la bomba, existe una cantidad exagera, pero sólo se contrata con “uno”, al que le hace la pelota al gobierno de turno. Y claro, sube lo que se le antoja y pone en ridículo al que se le da la gana, o ridiculiza a los partidos de oposición, creando malestar, y con la suerte de que no ha habido alguien a quien le hayan quitado su casa, no tenga qué comer, o el banco lo haya estafado, y con la ira acumulada le rompa los vidrios de la casa donde reposa el blog, o alguien, bien ofendido, les agreda por considerarse insultado o vilipendiado en su pensamiento.
El Sumo Pontífice Francisco no dijo que si te dan, pon la otra mejilla. Lo que dijo es que es de natura la defensa, que eso es natural, no incitó a la violencia. Dijo claramente que son reacciones naturales de los animales racionales e irracionales.
En términos generales, la libertad de expresión aquí o allá será urgente y necesaria. Las dos vías, la pública y la privada, que compitan y sean reguladas, que sean la voz del pueblo, pero con las garantías de ser un medio respetuoso, digno y éticamente profesional. Queda pues al elector primario elegir sus representantes para que hagan que la balanza permanezca en equilibrio, y que la libertad de prensa no se convierta en un peligroso medio para sacar partida o para poner en riesgo la vida de personas inocentes.
Por: Alexánder Muñoz. Especial para www.todosesupo.com.
Alexander Muñoz/Valencia SP/ a enero de 2015.
Alexander Muñoz
Reinsertado CRS y exiliado político en España.
Diciembre 5 de 2014/ Valencia Sp.
Verdeviche1968@hotmail.com
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