Por Juan de Dios Vivas-Satizábal para www.todosesupo.com
El 23 de octubre de 1910 el Excelentísimo señor Manuel Antonio Arboleda comunicó la altísima dignidad del sacerdocio a fray Alfonso de la Concepción Peña, en este templo de San Francisco de Cali…
(Tomado de la Oración gratulatoria pronunciada por fray Antonio Barona Becerra en la misa semi-pontificial con motivo de las bodas de plata sacerdotales de fray Peña el 23 de octubre de 1935).
Un viaje a Bogotá
El lunes 12 de diciembre de 2011 después de mi visita a Luis Carlos Mantilla Ruiz, de la orden franciscana mayor y miembro de la Academia Colombiana de Historia, pude palpar la real dimensión de la figura de fray Alfonso de la Concepción Peña.
Para entonces ya sabía, gracias a los aportes de mis mayores, que el mayor desarrollo de Yumbo en toda su historia se le debe a fray Peña, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando fray Luis Carlos Mantilla me dio copia del folleto impreso por las fuerzas vivas del departamento del Valle como recuerdo de las Bodas de Plata sacerdotales del reverendo padre Fray Alfonso de la Concepción Peña, celebradas el 23 de octubre de 1935, cuando fungía como párroco del Señor del Buen Consuelo.
El folleto que pude observar en la oficina de fray Luis Carlos Mantilla y cuya copia con fruición leí en el restaurante La Romana en la Avenida Jiménez de Quezada, contiene las manifestaciones de aprecio por la labor pastoral de fray Alfonso de la Concepción Peña. Figuran los artículos de prensa de entonces, Diario del Pacífico, La Voz Católica, Relator, El Debate (de Cartago), Correo del Cauca y un sinnúmero de mensajes de felicitación llegados de diferentes ciudades del país por las bodas de plata de fray Peña y el programa de las actividades desarrolladas el 23 de octubre de 1935 en la ciudad de Cali.
Según el folleto conmemorativo todo el día miércoles 23 de octubre la ciudadanía caleña estuvo en función de la celebración de los 25 años de vida sacerdotal de fray Alfonso de la Concepción Peña, iniciando el día con una misa semi pontificial presidida por el obispo Luis Adriano Díaz y concluyendo con una velada cultural en el Teatro Municipal, en la que participaron entre otros, el maestro Antonio María Valencia y el poeta Ricardo Nieto.
En los años 30, cuando fray Peña llegó a Yumbo ya venía, pues, precedido por una amplia fama de hombre entregado a su vocación sacerdotal y como líder espiritual y social por donde había pasado. Por eso las muestras de gratitud en sus bodas de plata sacerdotales que le expresaron personas de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Nariño y Valle.
Aquella tarde decembrina, luego de mi almuerzo, cuando salí a la carrera séptima de Bogotá recibiendo la brisa fría que bajaba del boquerón entre los cerros de Monserrate y Guadalupe, quedé con el interrogante de por qué fray Alfonso de la Concepción Peña fue nombrado cura párroco de Yumbo. O cuáles designios divinos motivaron a monseñor Luis Adriano Díaz para decidiera que fuera fray Peña quien pastoreara esta porción del pueblo de Dios.
En su paso por Yumbo se empezaron a ver las obras que las manos yumbeñas realizaban con el liderazgo de fray Peña: templo dedicado al Señor del Buen Consuelo, parque Belalcázar, planta eléctrica, teatro municipal, hospital San Diego y un ambiente de tolerancia y hermandad cristiana cuando en nuestro país empezaban a sentar sus reales las luchas fratricidas auspiciadas por la violencia económica y partidista. Pero eso era sólo lo que yo conocía de fray Alfonso de la Concepción Peña.
El 25 de agosto de 2010, fray Luis Carlos Mantilla en el Simposio La Iglesia de Cali: su quehacer histórico en 100 años, en la Universidad San Buenaventura de Cali, en su ponencia destacó como misionero y elocuente predicador de la palabra evangélica al padre Fray Alfonso de la Concepción Peña Lucio, natural de Cartago, y que dedicó buena parte de sus desvelos a la población de Yumbo y que este pueblo agradecido perpetúa su memoria en una estatua en el parque principal de la ciudad. La actividad desarrollada por fray Peña, no solo en Yumbo sino por todos los lugares por donde pasó, le mereció ser condecorado con la Cruz de Boyacá por decreto de 31 de mayo de 1946, por el señor Canciller de la República, Fernando Londoño y Londoño.
Cuando el padre Mantilla terminó su ponencia aquella mañana en Cali le manifesté que le entregaría en fecha posterior copia del capítulo dedicado a fray Peña que incluí en el libro Tertulias de Antaño, publicado en 1998 con el auspicio de la Cámara de Comercio de Cali. Entrega que hice efectiva ese lunes 12 de diciembre de 2011, cuando gentilmente fray Luis Carlos Mantilla me atendió en la sala del convento, contiguo al templo franciscano en el cruce de la carrera séptima con Avenida Jiménez en Bogotá.
Fray Luis Carlos, en señal de gratitud por el material que desde Yumbo le había llevado, me regaló copia del folleto recordatorio de las bodas de plata sacerdotales de fray Peña y el Boletín de Historia y Antigüedades N° 850 de la Academia Colombiana de Historia con la ponencia presentada en Cali. Esos pequeños libros, como decía, me han puesto a pensar durante estos años en las razones por las cuales fray Alfonso de la Concepción Peña llegó a Yumbo. Ojalá algún día lo pueda saber.