¡Qué alegría!, hoy comienza la preparación para la venida del Señor, el nacimiento del Niño Dios. En el mundo las personas lo esperan de distintas formas, ya que es un acontecimiento que marcó la historia de la humanidad. En Colombia, por ejemplo, los creyentes dan inicio a la novena de aguinaldos o de navidad; en otros países, como los centroamericanos, inician con las posadas, donde se recuerda el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret y hasta Belén, donde nacerá el niño Jesús.
Estas bellas tradiciones despiertan en los creyentes el deseo de albergar al niño en su corazón y recibirlo para dejar que transforme y renueve sus vidas. Si no fuera así, no tendría ningún sentido vivir estas fiestas navideñas, si tan solo se quedan en reuniones sociales o empresariales o solo un encuentro de familia que se reúne cada año olvidándose de estar en contacto los otros once meses del año.
Desde el mes de noviembre son muchas las residencias, vías públicas y locales comerciales que están adornadas con alegorías navideñas; habrá quienes lo hagan porque piensan que son tan pocos los días de navidad que no hará daño empezar con un mes de anticipación. Los comerciantes, que ven en estas fiestas la gran oportunidad para cuadrar caja y compensar las bajas ventas en los anteriores meses del año, adornan también los centros comerciales y hasta el más pequeño almacén se llenan de adornos navideños.
Una vez concluye la noche de los niños en el último día de octubre, pareciera que al día siguiente empezara diciembre, convirtiéndose así en el mes con más días del año, quedando en el olvido noviembre. Noviembre, undécimo y penúltimo mes del año en el calendario gregoriano, con 30 días, y que según Wikipedia su nombre deriva de novem (‘nueve’ en latín), por haber sido el noveno mes del calendario romano, y siguió manteniendo su nombre «noveno» incluso cuando al año se le agregaron otros meses después.
Los vecinos de la calle 12 entre carreras 1a. y 2a., barrio Simón Bolívar de Yumbo, desde mediados de noviembre adornaron e iluminaron su cuadra. Foto www.todosesupo.com
Las casas y las calles, pues, están adornadas con arreglos navideños, el nacimiento o pesebre está dispuesto en las salas, templos católicos y en los centros comerciales (las nuevas catedrales de la modernidad, como los llamó José Saramago, lugares donde muchos hombres y mujeres rinden culto). Las luces multicolores encendidas cada noche, así la moda haya mandado que en esta navidad deben ser blancas; las familias y los amigos piensan en el compartir de la natilla, los buñuelos, el manjarblanco, la copa de vino y el regalo para el amigo secreto…
Se siente el espíritu navideño que alegra los corazones. Desde noviembre ya se escuchan los villancicos en las cada vez menos emisoras y el hombre que con su carro ameniza las alboradas con los cánticos navideños por las calles de Yumbo, ya empezó a rodar con el primer día de la novena…
Sin embargo, detrás de toda la parafernalia que se le ha puesto a la celebración de la Navidad, lo que de verdad cuenta es que esta vez el niño Jesús encuentre las familias reunidas, orando, cantando, compartiendo y celebrando, pero dándole el sentido real y cristiano a su llegada.
Sería un contrasentido, y un celebrar sin la presencia de lo que celebramos, si permitimos que el Señor tenga que padecer nuevamente, en nuestras propias casas, en el vecindario y en los sitios de trabajo, porque nos dejamos llenar de indiferencia, o incredulidad, terminando por hacerlo padecer nuevamente, pero esta vez en nuestras propias manos.
En la noche de este 16 de diciembre, en muchos hogares se escucharán los estribillos más populares y que se los saben todos los colombianos:
Ven, ven, ven.
Ven a nuestras almas,
Jesús ven, ven, ven
Ven a nuestras almas,
Jesús, ven, ven a nuestras almas.
No tardes tanto, no tardes tanto
Jesús, ven, ven…
O, este otro:
Dulce, Jesús mío, mi niño adorado
Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto…
Ven a nuestras almas, será, pues, la invocación que mayoritariamente se hará en Colombia por nueve días, a partir de este 16 de diciembre hasta la nochebuena. Y ante ese clamor multitudinario será bueno reflexionar y encontrar la forma para que el Reino de paz, justicia y reconciliación, que proclamó el que nació en un pesebre, sea una realidad en el mundo, en Colombia, el Valle y Yumbo.
¡Qué alegría!, hoy comienza la preparación para la venida del Señor, el nacimiento del Niño Dios. Nuestros deseos para que vivamos la Navidad en paz y la celebremos con nuestros seres queridos y no olvidemos a los más necesitados.
Por Juan de Dios Vivas-Satizábal para www.todosesupo.com