Por Everardo Marín Buitrago, Economista de la Universidad del Valle para www.todosesupo.com
Nací en 1985, en Sevilla, Valle del Cauca. Sin embargo, a los seis años, cuando mi abuela se estableció en el barrio Las Vegas de Yumbo, empecé a conocer y a generar arraigo por este municipio ubicado a tan solo 20 minutos de la capital vallecaucana y con grandes potencialidades para ser un motor de desarrollo económico y social.
Desde ese momento, he pasado más de 25 años conociendo su gente, cultura, problemáticas y gobernantes, teniendo la oportunidad de formarme como profesional y adquiriendo experticia en temas de gestión pública y territorio en Yumbo. Hoy, como lo es la percepción de la mayoría de los yumbeños, puedo afirmar que uno de los grandes problemas estructurales del municipio, es la corrupción y sus implicaciones sobre la pobreza, la desigualdad y el desarrollo del mismo.
He tenido la oportunidad de estudiar la corrupción y su incidencia en las dinámicas de desarrollo territorial, siendo, precisamente el tema de investigación de mi postgrado, donde tras una ardua construcción, se logró consolidar una base con más de 1200 municipios, 15 variables y cuatros cohortes de tiempo, evidenciando el impacto negativo de la corrupción medida a través del índice de transparencia municipal en indicadores de pobreza, desigualdad y crecimiento económico.
Los resultados, fueron el soporte académico a realidades que conocí en algunos trabajos de campo como en La Guajira, donde realizaba evaluaciones de impacto socioeconómico de las inversiones realizadas con recursos de regalías, intervenciones que en algunos casos superaban los 17 mil millones de pesos por proyecto y donde los costos reales se acercaban a solo los tres mil millones; era un verdadero choque ver como la corrupción se naturalizaba y aceptaba, más en territorios sumidos en procesos históricos de exclusión social.
Una aproximación al fenómeno de la corrupción
La corrupción es el mayor obstáculo al desarrollo económico y social en todo el mundo. Cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se calcula que se roban 2,6 billones de dólares anuales mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5% del producto interior bruto mundial. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se calcula que en los países en desarrollo se pierde, debido a la corrupción, una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo. Pero la corrupción no solo se lleva el dinero de donde más se necesita, sino que, además, debilita a los gobiernos, a sus instituciones, su credibilidad, la confianza para invertir y el acrecentamiento de otros problemas derivados como la concentración de la pobreza, los bajos niveles de cualificación y la baja competitividad y productividad de los territorios.
En Colombia, datos recientes, estiman la perdida de cerca de 50 billones de pesos anuales por costos de corrupción. El fenómeno de la corrupción se encuentra inmerso en las funciones estatales. En la planeación, presupuesto, gestión de recursos humanos, administración de recursos físicos, control fiscal, son las áreas, donde se presenta la corrupción en la contratación Estatal, especialmente no hay transparencia ni equidad en los procesos licitatorios, es más, se presenta un monopolio de contratistas considerados como los únicos capaces de ofrecer productos ó servicios al Estado, de tal manera que se posicionan de manera dominante en el mercado contractual del Estado (Caso Odebrecht) o se realizan alteraciones a procesos de contratación de tal forma que la selección este permeada de un intercambio de interés, que termina influyendo en periodos electorales, donde se fortalecen las denominadas “maquinarias políticas”.
La corrupción en Yumbo en diferentes medidas
¿Qué tanto cree ha cambiado el nivel de corrupción el último año?
Esta es una de las preguntas de la encuesta de percepción realizada por el programa Yumbo Cómo Vamos en el 2017; se observa que el 78% de los encuestados manifestó que la corrupción sigue igual y que ha incrementado. Es decir, el problema es identificado y manifestado por los yumbeños en esta encuesta, con representación significativa de la población. Sin embargo, la naturalización de la forma del “qué hacer” de la política en el municipio, hace que no se generen procesos fuertes de veeduría y empoderamiento ciudadano que restrinja los polos de corrupción, por el contrario, el trabajo de las casas políticas, los líderes sociales y gran parte de los ciudadanos tienen a manifestar apoyo a esta dinámica.
Medir la corrupción es un proceso denso, al no lograr identificar todas las variables, actores, factores y transacciones que ocurren, sin embargo, podemos aproximarnos a través de metodologías como las utilizadas por el PNUD y la contraloría nacional, donde al extrapolar el ejercicio al Municipio, podríamos estar hablando hasta de 30 mil millones de pesos como costos de corrupción anuales, esto no solo se refleja, en las dádivas o prerrogativas transables, si no también, en las perdidas de eficiencia de la gestión pública, en la baja focalización y pertinencia de las inversiones y las pocas sinergias con otros sectores a causa de la corrupción. También existen otros ejercicios como el realizado por transparencia por Colombia, que ubica al Municipio de Yumbo con un riesgo medio de corrupción evaluando medidas de visibilidad, eficiencia y control y gestión.
La corrupción ha permeado diferentes campos y actores, la inversión pública, se utiliza para ganar adeptos, pagar cuotas y generar institucionalidad frente a bloques y estructuras afines, lo que, genera una vez más, ausencia de procesos meritocráticos, falta de criterios efectivos de focalización e inversión y la convergencia hacia ciclos políticos interminables dominados por los mismos patrones.
La consulta, una oportunidad histórica
Cuando el tema migra a lo cultural y a la aceptación de la corrupción, como nos pasó con las décadas de violencia en el país, se requiere un trabajo arduo en el cambio de paradigmas frente a la transparencia, la meritocracia y el uso sagrado de los recursos públicos. Es necesario una transformación de imaginarios y de la forma de hacer política en el municipio; sin embargo, esto solo ocurre si existe un mandato popular que trace esta nueva ruta, siendo la consulta anticorrupción la oportunidad histórica para manifestarle a los dirigentes de diferente escala, que es hora de evolucionar hacia nuevas formas de construcción colectiva, de que la política debe ser incluyente y que el ciudadano no puede seguir siendo tratado como una masa electoral, que la esencia de la política es cada persona, su esencia, sus realizaciones y sus libertades.
Diariamente, no solo Yumbo, si no en los más de 1000 municipios, en 32 departamentos de Colombia, y en gran parte de las entidades públicas nacionales, se tranzan contratos, convenios con el famoso “como voy yo”, se asignan cargos públicos y contratos a personas sin competencias y experiencia que redunda en el bajo valor y rentabilidad de las intervenciones públicas.
¿Cuántas personas habrán podido salir de la pobreza con intervenciones efectivas? ¿Cuántos jóvenes podrían estar estudiando y al margen de la ilegalidad se tuvieran, si hubiese más oportunidades educativas?, ¿Cuál sería nuestra posición en términos de desigualdad, si con trasparencia y meritocracia se lograr focalizar las acciones públicas?, y las preguntas, pueden ser muchas más.
El costo de la corrupción ha sido demasiado alto para Colombia, en particular para los yumbeños, la consulta anticorrupción no pertenece a nadie, más que a cada ciudadano, que hoy tiene la posibilidad de generar un cambio histórico en los gobiernos locales y en el país, pues más allá de los siete puntos propuestos, es empezar a generar una nueva cultura, donde cada vez se humanice la forma de hacer política y donde estas palabras que para muchos pueden sonar románticas e idealistas, empiecen a tomar valor y a materializarse en pro del bienestar colectivo de toda la ciudadanía.
Everardo Marín Buitrago. Ciudadano yumbeño. Economista de la Universidad del Valle. Magister Políticas Públicas de la Universidad de Chile – Universidad de Chicago. Consultor en temas de Planeación, Desarrollo Territorial y Políticas Públicas. Experiencia en entidades como Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Empresas Públicas de Medellín, Fundación Carvajal y consultor en políticas activas de empleo para el Ministerio de Trabajo. Actualmente es líder de los sectores de empleo y vivienda de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar, Asocajas.
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