Cuando se quiera contar la historia del Cuerpo de Bomberos de Yumbo siempre aparecerá la figura menuda de Mauricio Medina. Y es que este hombre, que en la madrugada del sábado 20 de octubre falleció en la Clínica Rafael Uribe Uribe de Cali, en su paso por la institución bomberil por más de 60 años se fue convirtiendo en un referente. Cada uno de los bomberos por siempre tendrán una anécdota vivida con el viejo Mauro, como cariñosamente le decían.
Estaba él en sus años 20 cuando el naciente Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Yumbo llegó a ocupar el local de la parte posterior de la antigua Plaza de Mercado, en la carrera segunda entre calles octava y novena. Y ahí al frente, en la acera derecha de la Carrera segunda moraba Mauricio junto a su madre, doña Justina Medina.
Recuerdan sus primos hermanos, los hijos e hijas de don Hernán Valencia y doña Herminda Medina, que Mauricio, quien tenía una pieza en la casa de habitación de la familia Valencia Medina, literalmente se fue a vivir al Cuartel de Bomberos. Al principio pasaba las horas del día haciendo mandados o acompañando a los pocos bomberos que había en Yumbo. Siempre ahí sentado a un lado de la vieja caseta de la guardia… O barriendo el frente hasta el quiosco que tan útil fue para los festivales con los que se conseguían recursos para el sostenimiento y funcionamiento del cuerpo de bomberos.
El cuartel de bomberos en la plaza de mercado sería la tercera sede en la historia de la institución ubicándose ahí en el año 1957, y desde entonces el nuevo hogar de Mauricio Medina, afianzado aún más cuando se inauguró la sede propia levantada en lo que antiguamente fue La Planeta, a orillas del río Yumbo. En este sitio, aprovechando los aposentos con que fue dotado el moderno cuartel, Mauricio habría de tomar para sí y como hogar definitivo la sede bomberil.
El pasado 2 de abril el Cuerpo de Bomberos de Yumbo cumplió 65 años de creación. Y de esos 13 lustros una docena contó con la presencia de Mauricio en su historia. En los últimos años aun cuando su presencia no era física, no pasaba ni pasará un día en que no haya algún momento para recordarlo.
Cada vez que una unidad bomberil, sin importar la edad ni el tiempo de pertenencia al Cuerpo de Bomberos, pase por los camarotes, entre a la cocina, a los vestuarios o salgo a los patios y observe los árboles de mangos, siempre vendrá a su memoria alguna anécdota que haya ocurrido y en la que Mauricio Medina fue protagonista.
Mauricio falleció a la edad de 91 años. Se fue el hombre sencillo, aquel que, aunque no estuvo en medio del fuego, siempre estuvo presto para cumplir los deberes propios de ser estafeta, ordenanza, aseador, jardinero, conserje, adjunto, mensajero, patinador, auxiliar, ayudante, supernumerario y todero, funciones que le permitieron gozar en los últimos años de una pensión de vejez. Pero más allá de las labores que desempeñaba, Mauricio por siempre fue el ejemplo de lealtad, honorabilidad y modestia en una institución que lleva como lema la Lealtad, la Abnegación y la Disciplina.
Él había nacido en Candelaria (Valle) y siempre quiso a Yumbo como el más fiel y agradecido de sus hijos. A él, paz en su tumba, que Dios lo acoja en su seno y que por siempre lo recordemos los yumbeños y de manera especial la familia bomberil.
Muy buena crónica sobre la vida de este señor; personalmente no la conocía. Paz en su tumba.