Por Boris J. Abadía para www.todosesupo.com
En el momento de escribir este artículo España, donde vivo, ha superado los 102 mil contagiados por el Covid 19 y Estados Unidos, en mucho menos tiempo, cuenta 190 mil, sin siquiera llegar al pico de la expansión, cifras espeluznantes. Pero estas cifras no se han de tener en cuenta ya que seguramente cuando se publique esta nota, los números serán mucho mayores y mis datos impresionarán, pero solo por la manera en cómo han cambiado, para nuestra desgracia.
Aquí se está pasando por momentos muy difíciles, las instalaciones sanitarias no dan abasto y el personal capacitado no es suficiente, además gran parte de éste se va infectando por estar sin los elementos adecuados y tan cerca de los enfermos que atienden. Se han acondicionado pabellones extras para poder instalar más camas, pero no alcanzan, así de simple. Hay escasez hasta de conductores de ambulancias. No se tomaron las mejores medidas por parte del gobierno y el virus se extendió. De hecho, falta por hacerse algo más drástico, pero no sé cuál es el número de muertos o infectados que tienen los gobernantes como límite para que sea ejecutado. Todo esto lo cuento desde, en teoría, un país del “primer mundo”. Sin ser alarmista, ¿qué le pasaría a Colombia, país del “tercer mundo”, con los datos que antes he mencionado? Ya sabemos la respuesta, pero no quiero escribirla.
Para empezar, en Colombia ha habido negligencia extrema de parte del presidente y sus asesores, quienes aun conociendo lo que se había vivido en China e Italia, entre otros, dilataron decisiones como la de cerrar aeropuertos y confinar a la gente. Dirigentes locales lo propusieron con anterioridad, pero el gobierno hizo caso omiso y no cedió, ante las presiones de los poderosos grupos económicos. Torpezas como la de la ministra Arango, que aseguró que “no se podía cerrar una ciudad porque no había ningún afectado” empiezan a pasar factura cuando los contagios crecen rápidamente. Todo hay que decirlo, la curva de expansión de Colombia es mayor a la de Italia, pero no me salgo del tema.
A nivel local, sinceramente desconozco el dato, pero me cuesta creer que el Hospital La Buena Esperanza de Yumbo pueda atender a más de 100 personas afectadas por el coronavirus. Me excedí, lo sé, son muchas. ¿Y el resto? No van a ser solo 100. Esto no es una enfermedad común, se necesitan más que unos elementos básicos para combatir una emergencia como ésta y el Hospital, por falta de presupuesto o por lo que sea, no los tiene.
Si a todo este panorama se le añade el hecho de la falta de colaboración, de sentido común o simplemente de inteligencia de muchas personas, que aun conocedoras de la gravedad de todo esto y desobedeciendo las órdenes desde la Alcaldía, siguen saliendo a las calles sin la mayor protección, ¿cómo se puede esperar a que no se propague el virus? Se sabe que ha habido fiestas con licor y música en plena cuarentena. No es normal, la verdad.
Se exige una distancia mínima entre las personas para evitar contagios, pero no se cumple. En Cali se ven las imágenes y videos por las redes sociales de las plazas de mercado, centros comerciales y el transporte público como si fuera un día normal y no todas son personas que se dirigen a su trabajo. Muchos desplazamientos son innecesarios, claro está. A las personas que les obligan a ir a laborar no se les puede criticar, si no trabajan, no comen, ni más ni menos.
No sabemos cómo va a terminar este problema, pero es evidente que al no hacer lo correcto se ayuda a empeorar la situación. Una vez superada esta crisis se han de tomar unas mejores decisiones, que seguramente habremos meditado en este tiempo de confinamiento, pero por el momento, con que hagamos las cosas con sensatez se evitarán males mayores.
Vendrán tiempos mejores y esto al final solo será recordado como el zarandeo que necesitábamos para salir de nuestra zona de confort y organizar mejor nuestras prioridades.

Boris J. Abadía, yumbeño radicado en el exterior hace 18 años.
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Qué tristeza que las autoridades competentes tengan que usar métodos coercitivos para poder hacer entender a la gente, muchas veces nuestra ignorancia se manifiesta en desacatar normas o leyes que son de un beneficios propio o común, pero es necesario por la seguridad de la misma existencia de la población yumbeña, la autoridad de policía o ejército colombiano tienen con severidad hacer cumplir lo pertinente a estas medidas y así evitar muchas lamentaciones. Por un Yumbo solidario y sano, no salgamos de nuestras casas, y si lo hacemos solo para lo necesario, DIOS bendiga a nuestro municipio.