Por Boris J. Abadía V., para www.todosesupo.com
Pasada ya más de la mitad de este convulsionado año 2020, tal vez no hayamos caído en cuenta de una particularidad que este tiene: es bisiesto. Para algunos, y por creencias transmitidas por generaciones, estos años son considerados de mala suerte o de mucha carga de acontecimientos catastróficos. De hecho, hay un refrán popular que así lo sentencia: “año bisiesto, año siniestro”. El hundimiento del Titanic en 1912, el inicio de la Guerra Civil Española en 1936 o la creación del centro de exterminio de Auschwitz en 1940, son sólo ejemplos de tragedias ocurridas en este tipo de años. Si bien es cierto que en el que estamos actualmente viene siendo uno complicado, no hay que olvidar la gran cantidad de desastres que han sucedido también en los años normales.
Origen del año bisiesto
Anteriormente se consideró que un año debería durar lo que la Tierra tardase en darle una vuelta al Sol, es decir 365 días. El problema es que la duración no correspondía a una cifra exacta, ya que esa rotación tardaba casi 6 horas más para hacerse completa. Por eso desde tiempos del emperador Julio César y con su calendario juliano, se crearon los años bisiestos, aunque de una manera desordenada. Fue hasta 1582 cuando se adoptó el calendario gregoriano, aquel que usamos en la actualidad y que implementó que los años bisiestos fueran cada 4 años, pero sólo en aquellos que fueran múltiplos de 4, aunque no múltiplos de 100 pero sí de 400. Un poco complicado, pero se explica mejor con los datos: por ejemplo, 1700, 1800 y 1900 no fueron años bisiestos y 2000 sí lo fue. 2100 tampoco lo será.
Sin este tipo de años las estaciones se irían moviendo poco a poco y las fechas de las celebraciones tradicionales no concordarían; por ejemplo, Navidad podría estar celebrándose en mitad del verano. Para aquellos países que no cuenten con estaciones no sería tan traumático, pero para aquellos que sí las tienen se perderían aquellas referencias navideñas con nieve incluida, tremendo problema para la industria consumista internacional, que ya cuenta con un formato establecido y que juega con los sentimientos de la gente para incentivarlos a comprar. En tiempos veraniegos la gente no es tan sensible como lo es en el frío, dicen los psicólogos.
Pero no todo ha sido malo en este tipo de años, de hecho 2020 todavía tiene cinco meses para que no sea recordado en la historia como un año tan difícil, como lo viene siendo. En años bisiestos fue descubierta la penicilina y fue inventada la locomotora de vapor. Para los nacidos un 29 de febrero, en Irlanda, el gobierno entrega un dinero porque son considerados niños especiales. La guerra en Afganistán terminó en año bisiesto. Como lo ven, y como la vida misma, hay de todos los colores en cuanto a este tipo de años. Fue una necesidad su creación y con el tiempo la gente los relacionó con calamidades. Sin embargo, se nota que no influye para nada que un año tenga un día más que otro para que nos vaya mejor o peor. Los que decidimos cómo nos va a ir somos nosotros mismos.
Boris J. Abadía V., yumbeño radicado en España hace 19 años.
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