El Movimiento 19 de abril, tan cercano a la historia social y política de Yumbo desde los años 70, está de aniversario hoy. Temprano, en la mañana de este martes 19 de abril de 2016, muchas personas fueron despertadas con la quema de voladores o cuetes como le llaman los yumbeños. Esta alborada formó parte de los actos programados por la Coordinadora Municipal del M-19 en Yumbo.
Para el mediodía tendrán un almuerzo comunitario en su sede política de la carrera 4ª 3 3-31, barrio Belalcázar. A las tres de la tarde habrá una caravana por la calles de Yumbo y a las seis de la tarde iniciarán un plantón por la paz en el parque Belalcázar.
La Coordinadora Municipal del M-19 en Yumbo también anuncia que durante todo el día habrá música y actos culturales a los que podrán asistir todos los yumbeños en su sede política.
Un poco de historia
Transcribimos los siguientes apartes tomados del libro Sueños de Abril, de Darío Villamizar (editorial Planeta, 1997), como una manera de ilustrar acerca de lo que hoy celebran los militantes políticos y simpatizantes del M-19:
“Si nos demoramos, ya estaremos envejeciendo
El domingo 19 de abril de 1970, según opinión de muchos colombianos, se produjo un gran fraude electoral que benefició a Misael Pastrana Borrero, candidato conservador. La historia se ha encargado de ir aclarando ese hecho. El general Gustavo Rojas Pinilla, líder de la Alianza Nacional Popular, Anapo, quien había sido favorecido con el voto mayoritario, dejó pasar la oportunidad «única y feliz» de movilizar a sus miles de simpatizantes que reclamaban el triunfo.
Desde ese momento, personas integrantes de sectores de la Anapo y de otros grupos, especialmente de la izquierda armada, empiezan a pensar en la idea de organizar una fuerza militar que garantizara que un triunfo popular no sería burlado nuevamente.
En 1973 se producen los primeros encuentros entre Jaime Bateman Cayón, quien dirigía el grupo Comuneros, y Carlos Toledo Plata, representante a la Cámara y Secretario de Agitación de la Anapo. En Comuneros se encontraban antiguos miembros de las FARC –mayoritariamente-, cristianos, ex militantes del ELN y de sectores ML. A finales de ese año, en la finca Jalisco de propiedad de Milton Puentes, senador anapista, toma forma una nueva organización a la que llamaron Movimiento 19 de Abril, M-19. «Un paso táctico, consiste en ligarnos con las masas de Anapo -dice uno de los primeros comunicados-, fortalecer la formación del frente legal, realizar acciones político-militares ligadas a las necesidades de las masas y a la lucha armada en general». (Documento N°2, 1973)
El paso por la Anapo
La idea estaba clara, desde el principio. Había que insertarse en un movimiento amplio, de masas. La táctica consistía en radicalizar, dentro de la Anapo, a un sector afín a una propuesta revolucionaria. Sin embargo, el descalabro electoral del 21 de abril de 1974, donde apenas alcanzó la cifra de 492.166 votos, profundizó la crisis del partido y el M-19 no fue ajeno al debate interno.
La «Carta a María Eugenia», de 1974, marcó el inicio del deslinde de posiciones con los sectores llamados de derecha. La aparición del periódico Mayorías, que reunía a un amplio número de dirigentes identificados con una propuesta renovadora dentro de la Anapo, perfiló ese sector que incidió profundamente en los lineamientos políticos trazados en el Encuentro de Villa de Leyva. La muerte del General, el 17 de enero de 1975, llevó a María Eugenia a la más alta posición dentro de la Anapo.
Mayorías fue un aglutinante y a la vez fue el detonante de las contradicciones. En octubre de 1975 fueron expulsados (Andrés) Almarales y (Israel) Santamaría. Y a partir de enero de 1976 se estructuró la Anapo Socialista como una organización independiente. Las reflexiones y autocríticas del M-19 sobre lo sucedido en la Anapo se harían luego. Lo cierto es que el tema fue motivo de muchas discusiones.
Nuevo accionar
La participación del M-19 en la Anapo Socialista fue perdiendo intensidad. Con el secuestro de José Raquel Mercado, y su sometimiento a un «juicio popular», el M-19 pretendía sentar un precedente frente a los trabajadores. Por eso su consigna del momento: «La justicia del pueblo la hace el pueblo». Dirigentes de Anapo Socialista fueron detenidos y la sede de Mayorías allanada. El 19 de abril de 1976, luego de 64 días de cautiverio, Mercado fue ejecutado.
En ese período el M-19 afianza su concepción y estructura de organización político-militar y mantiene una constante en su accionar: tomas de camiones con juguetes y alimentos y distribución de los mismos en barrios populares, presencia en asambleas obreras, arengas en buses, etc. La V Conferencia, realizada en febrero de 1977, define una ruptura con el «aparatismo» anterior y abre paso a una mayor inserción del movimiento en sectores considerados prioritarios: obreros, campesinos, estudiantes y pobladores.
El secuestro de Hugo Ferrerira Neira buscaba afianzar las acciones políticas. El 19 de agosto, cuando se preparaba el Primer Paro Cívico Nacional, fue secuestrado el gerente de Indupalma. Los cerca de 2600 trabajadores de esa empresa habían declarado la huelga dos días antes. El M-19 quería garantizar que se negociara favorablemente a los trabajadores. Y lo logró. El 15 de septiembre, cuando el país estaba conmocionado por el desarrollo del paro cívico, Hugo Ferreira fue dejado en libertad en una iglesia.
(…)”
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