Casi absolutamente todos los candidatos a la alcaldía del municipio tienen la más plena autoridad para decir que la educación presenta graves falencias: su ortografía lo atestigua. Y es que debo confesar que tengo la obsesiva práctica de leer uno a uno los cerros de volantes, panfletos y plegables que por estos días esperan pacientes tras la puerta luego de una breve ausencia. Tras esta manía inquisitoria salen incluso peor librados -en ortografía, claro está- los candidatos que varios de los fulanos que complementan esta columna semanalmente con sus comentarios.
Escribir “yumbo” por “Yumbo”, “garantizen” por “garanticen”, omitir tildes y comas, abusar de las mayúsculas… o prescindir de ellas, confundir “ha” con “a”, “haya” con “halla”, son apenas algunos de los detalles que se han logrado infiltrar en algunas campañas.
¡Claro! Me podrán refutar que los errores de ortografía, por crasos que aparenten ser, resultan ser un mal menor al lado de los simpáticos números que acostumbramos a presenciar por parte del circo que presenta y representa nuestra reconocida clase política. Sin embargo, una vez más apelaremos a la sabiduría de nuestras abuelas y diremos que “por la maleta se conoce al viajero”.
Por: Marlium Jamir Pérez para www.todosesupo.com
Marlium Jamir Pérez /Estudiante de sociología y de estudios políticos y resolución de conflictos; miembro de la Asamblea Departamental de Juventudes Liberales, del colectivo Colombianos y Colombianas por la Paz, del Parlamento Nacional de Juventudes Liberales y del Instituto del Pensamiento Liberal ‘Alfonso López Michelsen’.