La ola invernal es uno de los principales problemas que afronta Colombia. Se han generado pérdidas incalculables, desplazamientos de comunidades, damnificados y enfermedades, especialmente en niños y adultos mayores. Yumbo no ha sido la excepción, pues la pasada ola invernal dejó, según el Comité Local de Prevención y Atención de Emergencias de Yumbo, Clopad, alrededor de 600 víctimas, entre damnificados y afectados.
Los damnificados, cuyo número asciende a 600, pertenecen a los sectores de ladera, moradores de la orilla del río Yumbo y familias de veredas y corregimientos. Familias que perdieron todas sus pertenencias, obligadas a desalojar y luego ubicadas, unas en el coliseo Miguel López Muñoz, otras más afortunadas recibieron el auxilio de arriendo por parte la administración municipal; los más, totalmente desamparados.
Según Natalia Mayor, coordinadora del Clopad, estas familias fueron afectadas por el crecimiento y desbordamiento del río Yumbo y sus viviendas colapsaron. Además, otras familias vieron afectadas sus viviendas por el deslizamiento de tierra en los barrios Buenos Aires, Las Cruces, Panorama y Bellavista, entre otros.
Diomedes Amaya es damnificado del sector de La Huecada en Panorama. Expresa con dolor su situación, pues para él y para el resto de personas que están en sus mismas condiciones no ha sido nada fácil recuperarse. “Es muy difícil, muy duro quedarse uno sin nada, perder todo lo que con esfuerzo se había conseguido”. Sin embargo, no pierde su fe: “Gracias al Señor vamos luchando y gracias a que la administración municipal nos beneficia con el auxilio de arriendo, estamos viviendo en el barrio Bellavista, a la espera del proyecto de vivienda propuesto por el municipio que estaba programado para el día 30 de diciembre”.
Por su parte, María Rubiela Osorio, damnificada del barrio Puerto Isaacs solicita pronta solución de vivienda para todos en iguales condiciones. “En este momento nos encontramos en una situación de zozobra porque ya se nos venció el contrato de arriendo y no sabemos si vamos a seguir recibiendo el beneficio estos cuatro meses siguientes”.
Ana María Rivera, madre cabeza de familia afectada del barrio Buenos Aires, dice que la situación es de humillación por parte de la administración, porque nos dicen venga hoy, venga mañana, nos pelotean de un lado para otro y no nos resuelven nada….
La situación de la señora Luz Marina Aguirre tampoco es muy alentadora: “Me tienen haciendo trámites y vueltas pero no me dan el subsidio del arriendo que ya se me venció. Varias veces la dueña de la casa donde estoy viviendo ha intentado sacarme pero por suerte mis vecinos han hecho resistencia y no ha podido desalojarme”.
¿Solución a la vista?
La problemática que viven los damnificados desde hace un año está en proceso de solución y en el momento la administración municipal adelanta los trámites para la construcción, por medio del Instituto Municipal de Reforma Urbana y Vivienda de Interés Social de Yumbo, Imviyumbo, de la ciudadela Nuestra Señora de Guadalupe con 450 viviendas. Al respecto, la secretaria de hacienda, Yolanda Obregón, nos contó que el Municipio le giró 2.500 millones de pesos a Imviyumbo, con el fin de atender y solucionar el problema de vivienda a los damnificados.
Sin embargo los damnificados tienen sus reservas. Son personas que cuentan con pocos recursos, carecen de un trabajo fijo y ahora no tienen un lugar propio de vivienda. Aunque ya se habla de un proyecto de solución de vivienda, ellos no están conformes con esta propuesta, al menos así lo expresa Ernesto Castro, damnificado del barrio Buenos Aires. Según él, les ofrecen 3 tipos de vivienda: una que cuenta con una sala-comedor, cocineta, dos habitaciones, baño social, lavadero y patio; otra con una sola habitación, y una tercera opción que es la casa tipo C de dos pisos.
Las casas no van a ser gratuitas, correspondiéndole asumir a los damnificados cierta cantidad de dinero, dependiendo del tipo de vivienda que escojan. Según Ernesto Castro, la gerencia de Imviyumbo los mandó a gestionar un préstamo con el Banco Caja Social, pero les negaron los créditos porque los ingresos no superan los 400 mil pesos.
Según Emilse Cardona, líder de los damnificados, ellos están tratando de negociar para que las viviendas sean de un solo tipo y así sean más asequibles. “También, nos rehusamos a la forma de financiación de las casas porque la mayoría de nosotros somos madres cabeza de familia y personas que trabajamos de manera independiente, no contamos con un salario mensual. Los bancos no nos van a facilitar el crédito a muchos por esta situación, lo que nos hace sentir discriminados…”.
En igual sentido se manifiesta Ana María Rivera, “Somos personas sin recursos, sin trabajo y la propuesta económica de vivienda que nos presentan es muy complicada para nosotros, porque no tenemos de dónde sacar esos recursos”.
“Nosotros queremos que todas las casas sean al mismo precio y que el crédito sea para todos”, expresan.
Los damnificados son conscientes de que deben asumir algún costo por la vivienda, pero no están de acuerdo con las cifras que les plantean, y mucho menos con la forma de pago. Ellos hacen sus cuentas y no les cuadran con sus exiguos bolsillos. Por ejemplo, la casa tipo A tiene un costo de $7´912.925. Se deben pagar cuotas de $85.260 a 20 años, es decir, $20´462.400. “Nosotros estamos de acuerdo con cancelar 2 o 3 y hasta 5 millones de pesos, pero que sea solamente esa cifra y no con intereses tan altos como los que nos presentan”, expresan Ernesto y Emilse.
En aras al equilibrio informativo, quisimos conocer la opinión del gerente de Imviyumbo, Bernardo Pabón, pero no fue posible que nos atendiera, ni devolvió las llamadas telefónicas que se le hicieron. Sin embargo, resaltamos que en declaración radial él manifestó que la administración municipal había tomado la decisión de suspender el tema del aporte económico de los damnificados, y que se buscará ayuda en organismos departamentales y nacionales para hacer viable el proyecto.
Los damnificados no se quedan quietos
Emilse Carmona ha sido, tal vez, la más persistente en la vigilancia para que el proceso de construcción de las viviendas de los damnificados se dé lo más pronto posible. “Nosotros veníamos haciéndole un seguimiento a Imviyumbo por las falsas informaciones sobre la fecha de entrega de las viviendas. En la CVC nos dimos cuenta de que Imviyumbo solicitó el concepto ambiental el 4 de octubre. Es decir, las casas todavía están en proceso y para la fecha que está programada la entrega, que supuestamente era para el 30 de diciembre, no van a estar listas…”.
A los damnificados les preocupa, además, el tema de los subsidios de arrendamiento. Cuenta la señora Carmona que les ha tocado insistir para que les ayuden con el subsidio de vivienda: “Cuando fuimos evacuados nos pagaron arriendo por 8 meses, después gestionamos otros cuatro meses de auxilio, y ahora no sabemos qué va a suceder porque las viviendas no van a estar listas para diciembre, y ya se nos va a vencer el contrato de arrendamiento”, con incertidumbre concluye Emilse.
A pesar del panorama oscuro de toda esta situación, surgen buenas ideas para hacerle el quite a lo negativo y empezar a desarrollar propuestas que beneficien a la comunidad. Este es el caso de Ernesto Castro quien decidió, junto con la comunidad de damnificados, conformar Fudamy, Fundación de Damnificados de Yumbo. “Con la fundación buscamos generar proyectos que permitan el desarrollo de todas las capacidades de los damnificados. Contamos con muchas madres cabeza de familia, la idea es buscar soluciones de empleo, ya sea conformando micro empresas con ayuda de ONG´s y del gobierno para capacitar y emplear a estas personas. También contamos con personas que saben de cultivos, pues muchos de nosotros somos personas del campo, entonces mirar qué posibilidades hay de construir un invernadero de agricultura orgánica… La idea es generar empleo”, dice Ernesto.
Lo importante, y como lo expresa Emilse Carmona, “Vamos a dar la lucha, porque unidos todos podremos lograr algo”, y con esto debemos recordar muy bien el Artículo Tercero de la Constitución Política de Colombia: La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los términos que la Constitución establece. La administración debe escuchar a los damnificados, y considerar, por ejemplo, su propuesta de construcción de vivienda por autoconstrucción pues así rebajan los costos, y así ellos puedan por fin cumplir con su sueño de tener vivienda propia y digna.
Esta historia no termina aquí, estaremos pendientes del final para saber si Imviyumbo cumple o no, y si la gente damnificada por fin es beneficiada.
Noviembre de 2011
Por Andrea Paladines Sánchez (Estudiante de Comunicación Social de la UNAD).