Aun cuando no hay acuerdo acerca de cuál sea la fecha porque algunos dicen que es cualquiera de los lunes de enero, lo cierto es que un número grande de mortales, concluidas las celebraciones navideñas y el periodo de vacaciones de fin de año, se sienten con más tristeza de la que habitualmente tienen en el resto del año. Es el Lunes triste (Blue Monday en inglés), según publicaciones de prensa.
Esa tristeza que todos los humanos, en mayor o menor medida, han vivido; de pronto antaño menos por un ritmo de vida más pausado. Pero en el mundo contemporáneo puede ser mayor, cuando la sociedad ha impuesto, y las mismas personas se han autoimpuesto una serie de demandas que se deben cumplir para no quedar excluido de la misma sociedad. Demandas propias de una sociedad en la que impera el consumismo desenfrenado y modelos de éxito inalcanzables para el grueso de los mortales.
Además de la sensación de tristeza, las personas con el síndrome postvacacional de Navidad, pueden manifestar compulsión por comer más calorías, demandar más energía para levantarse de la cama, sentir cansancio, entre otros síntomas que algunos profesionales asocian con depresión y que pueden acentuarse en cualquiera de los lunes de enero.
En el año 2005, en los albores del tercer milenio, una agencia de venta de paquetes turísticos emitió un comunicado de prensa en el que anunció que el 24 de enero de 2005 era el día más triste del año, esto en el marco de una campaña publicitaria. Según informaciones obtenidas en internet, el descubrimiento de esta fecha recae sobre el psicólogo Cliff Arnall quien calculó la fecha usando la ecuación 1/8C+(D-d) 3/8xTI MxNA, en la que “C” es el factor climático; “D” las deudas adquiridas durante las fiestas; “d” el dinero que se cobrará a finales de enero; “T” es el tiempo transcurrido desde la Navidad; “I” hace referencia al período desde el último intento fallido de dejar un mal hábito, como puede ser dejar de fumar, o comenzar un nuevo desafío; “M” las motivaciones que quedan; y por último; “NA” es la necesidad de actuar para cambiar la vida.
La fórmula arrojó, pues, el resultado del Blue Monday como el día más depresivo del año, aparentemente. La realidad es que hay muy poca información científica al respecto y, de acuerdo con expertos en salud mental, este día trivializa la depresión y las enfermedades de salud mental en general. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la tercera causa de discapacidad en el mundo y se calcula que entre un 8% y un 15% de la población la sufrirá alguna vez en su vida.
Los expertos dicen que todo esto puede ser perjudicial, pues la idea de que hay un día específico en el que es más probable que las personas se depriman es, en el mejor de los casos, no científica y en el peor de los casos trivializa lo que puede ser una afección grave, debilitante y potencialmente mortal.
Haciendo abstracción de las discusiones científicas según las cuales la idea de determinar el día más triste del mundo es pseudociencia y la fórmula aplicada por Arnall ridiculizada, algunos profesionales dicen que la tristeza del lunes (segundo, tercero o cuarto) de enero se debe a la confluencia de algunos factores: ese día se regresa a la realidad pues en enero la gente termina las vacaciones, se olvida del descanso, de estar en familia, se encuentra más solo y se enfrenta a los problemas cotidianos de la cuesta de enero. Las personas simplemente tienen dificultades de regresar a su rutina.
El neuropsiquiatra Edilberto Peña dice que, aunque el trasfondo de este día se considera meramente comercial, pues ha sido aprovechado por diversas agencias de viaje para vender sus productos, debe servir para poner atención en una enfermedad como la depresión. “La depresión no es solo un estado de ánimo normal o esperado por la época”, asevera el especialista.
Cómo enfrentarse al día más triste del año
La edición digital del diario El Universal de Cartagena da algunas pautas para sobrellevar el día más triste del año:
- Come bien y apuesta por el chocolate negro: algunos alimentos favorecen la secreción de serotonina y endorfinas, dos neurotransmisores importantísimos en el estado de ánimo. El chocolate, los arándanos, el salmón, así como las frutas y verduras en general son algunos de ellos.
- Descansar adecuadamente te permitirá sentirte más tranquilo y relajado. Además, la falta de sueño provoca depresión y ansiedad. No solo es importante la cantidad, sino la calidad del mismo. El periodo perfecto para adultos oscila entre las siete y ocho horas como mínimo. Procura que las sábanas sean suaves, que la habitación esté oscura y correctamente ventilada, que no haya ruidos, ni haga demasiado calor, etcétera.
- Sal a hacer ejercicio: liberarás endorfinas y te permitirá mantenerte en forma. Esto influirá positivamente en la percepción de tu imagen corporal, más allá de los beneficios físicos en sí mismos.
- Reflexiona: es la mejor manera de darse cuenta de los problemas y el primer paso para atajarlos. Dedícate un tiempo de soledad y disfruta de ella.
- Sube la música: según una investigación de la Universidad de Manchester, subir el volumen de nuestro reproductor de música libera endorfinas, las mencionadas hormonas de la felicidad.
- Explota tu creatividad: de hecho, es una forma de expresión silenciosa. Puedes valerte del arte, de la música, de la escritura, etcétera.
- Rodéate de gente alegre: sí, porque el buen humor y, hasta la sonrisa, se contagian.
- Apuesta por una causa noble: ayudar a los demás de manera altruista te ayudará a sentirte útil y satisfecho contigo mismo.
- Cambia de escenario: viaja, haz una escapada. Cambiar de rutinas momentáneamente nos hace más felices. Y hasta reduce las posibilidades de sufrir un ataque al corazón.