En la noche de este viernes 21 de marzo, a partir de las siete, los yumbeños podrán apreciar el talento artístico de Camilo Acevedo en el auditorio del Instituto Municipal de Cultura de Yumbo, IMCY.
Camilo, un hombre que se esfuerza por estudiar y practicar el arte de la música interpretando la guitarra, quiere que sus paisanos, quienes ya le han visto tocar, conozcan de sus avances. Además, esta noche será la oportunidad para que quienes no lo conocen, sepan que un joven yumbeño, superando la adversidad de no contar con los recursos económicos para entrar a una academia, con tesón y perseverancia, a punta de grabadora y videos, logra interpretar lo mejor de la música clásica y del folclor nacional con su guitarra.
La vida para Camilo Acevedo, en un principio pareciera que fuera a ser fácil. Pudo estudiar en un colegio privado, pues sus padres podían pagarle la pensión en el Colegio Parroquial y luego costearle su bachillerato. Sin embargo, su padre pasó a ser uno de los miles de desempleados que llenan las estadísticas oficiales, y Camilo vio que así como llegó la incertidumbre para “el diario” en su casa, también se esfumaron sus sueños de entrar a estudiar música en el Conservatorio.
A Camilo lo que le tocó, recién hecho bachiller, fue salir al mercado laboral a conseguir con qué aportar a una economía familiar en precarias condiciones y que por más que se esforzara su padre no daba para más. Camilo debía, pues, ayudar a sostener una familia de seis miembros: papá, mamá, tres hermanos y él.
Camilo Acevedo, regresa al San Francisco Javier
Su primer empleo como hombre asalariado fue, precisamente, en el mismo plantel donde cursó su primaria: el colegio parroquial San Francisco Javier. Allá se desempeñó como “todero”: era quien vigilaba, abría y cerraba puertas, atendía a los padres de familia que llegaban a las puertas del colegio a dejar lo que sus hijos olvidaban en sus casas, aseaba los salones, regaba las plantas de los jardines…
A pesar del viraje que dio su vida, Camilo no desechaba sus sueños de estudiar música ni de darle rienda suelta a su vocación. Por eso organizó su economía y con lo que le quedaba de su salario, luego de entregar su parte para los gastos familiares, empezó a ahorrar para comprar su guitarra.
Los casetes y los videos de VHS, sus maestros
Con la guitarra en sus manos y con muchas obras musicales en su mente, tantas que a veces confundía cuando las repetía mentalmente, se dedicó a pulsar las cuerdas para sacar las piezas que día y noche tarareaba en sus turnos, primero del Colegio Parroquial, y las veces que le tocó ir a trabajar al Cementerio Católico de Yumbo.
Con disciplina de admirar y que debe servir de ejemplo a los jóvenes que luchan y avanzan por alcanzar un ideal, Camilo llegaba del trabajo y se dedicaba a escuchar la emisora de la Fundación Carvajal, aquella frecuencia 88.5 del F.M. que siempre permanecía en el dial de su radio grabadora. Grababa las piezas musicales que programaba la estación radial, de manera especial los conciertos para guitarra. También le dio por comprar casetes de video de conciertos de afamados guitarristas, y a punta de repetirlos fue memorizando las formas de mover los dedos sobre las cuerdas y los trastes.
Y llegó el momento de mostrar su arte
Sus familiares fueron los primeros en apreciar los avances de Camilo en su autoformación musical, y el alma de artista empezó a exigirle que llevara su aliciente a muchas más personas. Así fue como, entre turnos diurnos y nocturnos, que cumplía en su nuevo rol de miembro de una compañía de seguridad, empezó a gestar sus presentaciones públicas. Primero fueron en las parroquias de sacerdotes amigos que le brindaban el espacio y la feligresía para que mostrara sus calidades artísticas.
Luego habrían de llegar los conciertos en el auditorio del Instituto de Cultura de Yumbo y muchos yumbeños se acostumbraron a verlo con su nueva faceta de concertista, faceta que agregó a la que veían cada vez que le saludaban cuando pasaban por las afueras de la empresa Dispapeles en la carrera 1 con calle 14, en donde se desempeña como vigilante.
Sale, pues, Camilo Acevedo con su guitarra a deleitar los oídos de los yumbeños con las obras que pone a sonar con su guitarra. Salen solos, él y su guitarra, porque como lo dice Camilo: la guitarra lo hace todo por mí. Si ella hablara, si ella pensara, le contestaría: Cómo no hacerlo cuando con su perseverancia él ha demostrado que nada le ha impedido lograr su sueño de ser un artista.
Hoy, a las siete, será el concierto
Por eso los yumbeños no pueden perder la oportunidad de apreciar el arte de un hombre que no se amilanó ante las dificultades. Y escuchar las notas que salen de su guitarra. Camilo Acevedo presentará en su concierto obras de Johan Kaspard Mertz, Francisco Tárrega, Isaac Albeniz, Agustín Pío Barrios y Jorge Cardozo.
El folclor nacional también tendrá su espacio en el concierto de guitarra que brindará Camilo Acevedo en el auditorio del IMCY. Por eso los asistentes escucharán interpretaciones de piezas musicales de Jorge Villamil, Gentil Montaña y Álvaro Romero.
Cinco mil pesos es el precio de la boleta para entrar al concierto. Vale la pena apoyar a este artista que quiere ser profeta en su tierra.
Por Juan de Dios Vivas-Satizábal, director www.todosesupo.com.