El fin a la guerra de las pandillas juveniles en Yumbo podrá ser realidad si se avanza en el proceso que esta semana se oficializó en la cancha del Polvero en el barrio San Jorge de la Comuna Uno. Todo empezó en este mes de febrero de 2012 cuando la Policía Nacional cambió la estrategia de la coerción por el diálogo, las actividades sociales y comunitarias con el casi centenar de jóvenes involucrados en el conflicto de pandillas de la Comuna Uno.
Con el apoyo de padres de familia y adultos responsables, los agentes del orden se reunieron, cada dos o tres días, con algunos jóvenes que están interesados en que la paz vuelva a la comunidad. Mediante el diálogo, los líderes de las pandillas ventilaron las diferencias y eliminaron las barreras invisibles que fraccionan el sector. Pero también quedó claro que los jóvenes involucrados en el problema de inseguridad también claman por oportunidades de estudio y empleo.
Según palabras del teniente Rondón, de la Policía Yumbo, las causas por las cuales estos jóvenes se involucran en los actos delictivos se deben a que están desocupados, no están estudiando, no tienen orientación de sus padres de familia y caen bajo el liderazgo negativo de jóvenes mayores con experiencia delictiva. Estos jóvenes desocupados (de manera especial, los menores de edad que permanecen solos) son reclutados para transportar armas para homicidios y atracos, o para alimentar el micro tráfico de drogas.
La Administración Municipal y la Iglesia Católica avalan el proceso
De estos acercamientos tienen conocimiento las autoridades civiles y el padre Ramón Elías Gómez, párroco del Señor del Buen Consuelo. Ellos fueron testigos de excepción del encuentro que los jóvenes tuvieron el domingo 19 de febrero en la cancha del Polvero donde llevaron a cabo una jornada de ornato y aseo del espacio deportivo del Polvero.
El padre Ramón Elías, quien también se ha reunido con los jóvenes en conflicto, dice que lo que se ha buscado es el diálogo entre los jóvenes y que cada quien plantee su problemática y se le procura encontrar solución. El papel del Estado y la Iglesia será el de escucharlos y proponerles un estilo de vida diferente. De manera puntual, la Iglesia Católica tendrá un acompañamiento permanente y cercano, y verificará que todo lo que se acuerde en este proceso se lleve a cabo.
Por su parte el alcalde municipal, Fernando David Murgueitio, manifestó que del Fondo de Seguridad del Municipio se podrán destinar recursos para trabajos de autoconstrucción y educación y así darles oportunidad a los jóvenes de las pandillas. Aunque casi siempre los recursos del Fondo de Seguridad se emplean para el fortalecimiento de la parte operativa, iniciativas como el Proceso de Paz que se inicia en la Comuna Uno, ameritan que se destinen algunos recursos para que la paz en Yumbo sea una realidad.