
Pintura Efrén Narváez. Cortesía Museo San Sebastián de Yumbo.
Por Álvaro Sanín Gómez para www.todosesupo.com.
Nuestro pueblo es un alto consumidor de aguardiente, nombre genérico dado al licor más barato extraído de la caña de azúcar. Para nadie es un secreto que el aguardiente es un combustible para la fiesta. La música es un aliciente para el descanso…, pero no abusemos del alto volumen. Está bien que haya rumba, ¡Qué viva la rumba!, pero siempre con buen comportamiento.
Los yumbeños somos definitivamente un pueblo parrandero, bullicioso, ruidoso. Nos gusta la música con alto volumen, algo que se puede comprobar en cualquier sitio del municipio. Cualquier acontecimiento, por sencillo que sea, lo celebramos con melodía. En Yumbo es tradicional escuchar a varias cuadras la melodía, y uno piensa que están de fiesta… Pero no. La puerta principal está abierta, y el salón principal solo, ¡completamente solo! Al fondo de la habitación, la señora de la casa en sus quehaceres cotidianos… y la música Antillana, ¡en pleno furor! Existen sectores predispuestos a la rumba. El más conocido, La Chanca, es uno de tantos. Ni qué decir de la Antigua y Nueva Estancia. “¡Suéltela… que ella baila sola!”
La Murga de mi Pueblo estuvo conformada por jóvenes nativos de esta población, que animaban las fiesta patronales del Señor del Buen Consuelo. “…Los niños corrían descalzos por las calles polvorientas, alimentando la ilusión y la alegría que deparaban las notas musicales les del Grupo Sentimiento Indio”.
El niño Santiaguito Taffa era la ¡Mascota del grupo! Él, se quitaba el sombrerito para recoger entre el público algunos pesos que servían para comprar el aguardiente… “que servía para afinar las cuerdas vocales y entonar con más sentimiento las melodías”.
Lo más destacable del grupo era su alegría, que contagiaba a quienes tenían el privilegio de escucharlos y aplaudirlos, teniendo presente que sus instrumentos musicales, eran autóctonos, construidos con elementos reciclables como: guadua, tarros de aceite para carros, platón de aluminio, etc.
En Yumbo, en el Valle del Cauca, existen muchas personas con la “goma” de la música; no sé si se les pueda llamar ¡Melómanos! Pero que los hay los hay.
¡Qué viva la música!

Foto Imcy para www.todosesupo.com
Álvaro Sanín Gómez. Nacido en Cali (18 de abril de 1943). Radicado en Yumbo desde 1970. Laboró por espacio de 24 años en la Administración Municipal de Yumbo; los últimos años fueron en la Casa de la Cultura, posteriormente Instituto Municipal de Cultura de Yumbo. Ha publicado dos volúmenes de la obra El Pueblo que conocí.