Por Luis Ángel Martínez Á. para www.todosesupo.com
La Constitución Política señala que “Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, (…) bienes y demás derechos”. De acuerdo con la misma Constitución, las máximas autoridades en los municipios son los alcaldes y en los departamentos los gobernadores, ¿qué hacer entonces cuando las autoridades no pueden proteger sus propios bienes?
El exgobernador del Valle del Cauca Ubeimar Delgado denunció el pasado viernes, que él y un docente universitario que lo acompañaba fueron víctimas de la inseguridad cuando transitaban hacia el medio día, cerca de la plazoleta Jairo Varela, al frente de las torres del Centro Administrativo Municipal (CAM), donde funcionan la Alcaldía de Cali y las Empresas Municipales de Cali (Emcali).
De acuerdo con el exmandatario, en ese momento se les acercó un hombre armado con una pistola, el cual se movilizaba en una motocicleta de alto cilindraje, y los obligó a entregarle sus pertenencias. Por su parte, el acompañante del exgobernador manifestó que en lo que va corrido de la semana ha sido víctima de dos robos.
El pasado martes, el abogado, periodista y columnista de El País, Mario Fernando Prado, en su escrito “El Alcalde también cayó”, denunció que La finca del alcalde de Cali, Maurice Armitage, ubicada en el corregimiento El Saladito, zona rural de Cali, fue asaltada en días pasados por un grupo de personas que, al parecer, tienen azotada a la comunidad de ese sector, las cuales se hurtaron artículos de poco valor, aprovechando que las personas encargadas de cuidar la propiedad dormían. Frente a esta denuncia, la Oficina de Comunicaciones de la Alcaldía de Cali confirmó el hecho y señaló que la policía ya se encuentra tras la pista de los responsables.
No obstante, el más reciente informe presentado por el coordinador de “Cali Cómo Vamos”, Marvin Mendoza, da cuenta que en los primeros 180 días del año se incrementó “la percepción de inseguridad entre los ciudadanos”. Infortunadamente en Cali, investigadores, funcionarios públicos y el mismo alcalde consideran que la inseguridad de la ciudad es una mera percepción, pero como la realidad es otra, lo único que nos queda es exclamar ¡Oh, y ahora quien podrá ayudarnos¡, para ver si por lo menos aparece el Chapulín Colorado.
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