Por Manuel Alberto Barragán Tovar para www.todosesupo.com
Algo hace falta en la sociedad, algo importante se ha perdido y debemos urgentemente recuperarlo con el fin de mejorar nuestro diario vivir; existen muchos elementos sociales perdidos y es importante que sean recuperados y reestablecidos dentro del marco del buen vivir y del mantenimiento de una sana convivencia.
Reflexionamos mucho sobre qué es eso que nuestra sociedad ha perdido, y al ser tantas las carencias no sabemos por dónde iniciar a recomponer lo que ya está roto. Pero hay que iniciar y para esto debemos realizar un análisis de nuestra pirámide de valores, esa que hace ya algún tiempo en las ciudades está totalmente descompuesta y funciona de manera inversa. Decimos en las ciudades, pues todavía logramos con gran felicidad escuchar en nuestros campesinos que la palabra es importante y se cumple; que la honestidad hace aun parte de su patrimonio por encima de cualquier otra cosa; así mismo el respeto en el campo juega parte fundamental de los valores que se practican y que se niegan aun a perder tal y como ha sucedido en las ciudades.
Volver la pirámide de valores a su estado natural donde la honestidad, la sensibilidad, la gratitud, la humildad, la prudencia, el respeto y la responsabilidad sea lo que prime en el actuar de cada ser humano. Esto es fundamental para recuperar una sociedad cada vez más perdida, una sociedad basada en el consumismo y acumulación de fortunas por encima de todo y sin importar el otro.
Hoy hemos invertido totalmente nuestra pirámide de valores permitiendo que lo bueno se convierta en malo y lo malo en bueno, una sociedad donde la suspicacia, la deshonestidad y el poco interés por los otros hacen gala del poder y de los comportamientos sociales.
Constantemente la sociedad se queja de la falta de valores manifestando que estamos en crisis de valores o que las personas ya no tienen valores, pero poco se hace por recuperarlos y colocarlos nuevamente como base del comportamiento social, pues si bien es cierto que las costumbres cambian, los valores siguen y seguirán siendo los mismos y nada tienen que ver esto con las costumbres que adoptamos.
No es posible adoptar principios económicos a los valores asignándoles un determinado costo económico como si fuesen un activo de una persona o de una organización. Los valores son parámetros subjetivos que no se pueden medir matemáticamente: estos solo son medidos en términos de comportamiento y beneficio que otorgan a la convivencia social, son conductas que aportan solo algo positivo sin sacar ningún tipo de beneficio individual de su aplicación.
Podemos entonces decir que volver a trazar el camino correcto de los valores sociales es fácil, pues solo requiere del convencimiento de cada persona para tener una sana convivencia de una manera fraternal y creyendo en que es posible mantener nuestras actuaciones bajo principios de bondad y aferrados a la fe en los demás, aportando así al bienestar común y al principio básico de igualdad de oportunidades y proyectando un camino hacia la armonía social.
Es importante entonces reinvertir nuestra pirámide de valores, arrancando desde cada hogar pues es la familia el órgano fundamental y donde más se pueden aprender y practicar todo tipo de valores. Posteriormente es necesario reforzar durante cada año lectivo de primaria y secundaria instruidos y ejemplificados los valores por cada docente, todo esto buscando nuevas formas de comportamiento que vayan más allá de imitación de acciones, sino convirtiendo los valores en un sentimiento real de cada individuo.
Rescatar los valores en indispensable y se convierte en tarea que cada individuo debe realizar, logrando de esta manera crecer como sociedad la cual represente un verdadero equipo basada en los valores y con mejores relaciones que permitan tomar decisiones de manera coordinada e identificar los verdaderos motivos de nuestros fracasos sociales.
Manuel Alberto Barragán Tovar. Capacitador y Conferencista independiente en temas de motivación personal, administración, Logística, Emprendimiento. Administrador de Empresas.
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