Desde el 9 de abril de 2012, y como fruto de una de las conclusiones a las que llegó el Congreso de la República en el 2011 cuando la Ley de Víctimas fue aprobada, Colombia les rinde homenaje a quienes han sido golpeados por el conflicto armado.
Desde esa fecha cada 9 de abril, en Colombia no sólo se trae a la memoria el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, sino que también se conmemora el “Día nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas”, una fecha para mirar atrás y tomar conciencia de la estela de dolor y sangre que la polarización, a través de las armas, ha dejado de herencia.
El Día nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas se realiza con el fin de recordar cómo el país fue afectado por décadas de violencia y hacer un homenaje a los supervivientes de esta tragedia. Por lo tanto esta fecha es la oportunidad para reflexionar sobre el sinsentido de la guerra y entender que la violencia en nuestro país nunca debió ocurrir, por lo que hay que trabajar mucho para que no se repita. Una manera de recordar a las víctimas es la serie de actividades que se desarrollan cada 9 de abril en todo el país.
Más de 9.000.000 de víctimas
Según cifras recientes, a nivel nacional 9.250.453 personas están incluidas en el Registro Único de Víctimas, RUV. En el Valle el 12,4% de la población es víctima del conflicto armado (568.366 personas), según cifras de La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Esto significa que es el tercer departamento de Colombia, después de Antioquia y Cundinamarca, en cantidad de personas que padecieron los conflictos y hechos victimizantes debido a la guerra.
De estas cifras, la mayor cantidad de víctimas se concentra en Cali, con 187.087 víctimas, es decir, el 8,2 % de la población de la ciudad, seguido por Buenaventura, donde hay 176.521 víctimas, es decir, el 55,9% de la población.
Se trata de conciudadanos que terminaron desplazadas de sus territorios, y en el peor de los casos, agredidos física y psicológicamente por una o todas las partes que se enfrentaron en el desarrollo de este conflicto interno. Y a pesar de eso, son esas mismas víctimas las que hoy hablan de perdón, reconciliación y no repetición.
El artículo 1 de la Ley 1448, o Ley de Víctimas, establece el conjunto de medidas judiciales, administrativas, sociales y económicas -individuales y colectivas- en beneficio de las víctimas, esto en el marco de la justicia transicional, con el objetivo de hacer efectivo el derecho a la verdad, la justicia y la reparación con garantía de no repetición. Se enfatiza en el reconocimiento de la condición de víctima, la que se dignifica a través de la materialización de sus derechos constitucionales.
A partir del Acuerdo de Paz, por el que se debe insistir en su plena implementación, y a la relevancia que en el documento se otorgó a las víctimas, son varias las organizaciones, entidades y dependencias, tanto del orden estatal como privadas, que hoy trabajan en pro de las víctimas desde diferentes ángulos y ópticas.
Algunas tienen como propósito reconstruir la historia, un mecanismo básico para entender lo que pasó y trabajar en la no repetición; otras en la recuperación del tejido social a través de oportunidades reparadoras que ayuden a cambiar vidas, pero en esencia todas encaminadas hacia la paz.
¿Qué tanto se ha cumplido con la Ley de Víctimas?
Según el documento Víctimas del Conflicto Armado: una realidad que cruza fronteras Víctimas del Conflicto Armado: una realidad que cruza fronteras, el balance del nivel de cumplimiento de la Ley 1448 de 2011 no es satisfactorio. De hecho, en el único aspecto en el que hay un cumplimiento alto es el de Registro y subregistro.
Mientras que el cumplimiento medio se da en los aspectos de Asistencia y atención, Lineamientos de participación, Articulación Nación Territorio y Verdad. Infortunadamente los aspectos clave de Retornos y reubicaciones, Reparación integral, Prevención y protección y Justicia son los que presentan un nivel bajo en cumplimiento.
Estas son razones más que valederas para que este 9 de abril, Día nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, reflexionemos y reconozcamos los efectos que ha dejado el conflicto armado en Colombia, las profundas brechas sociales que nos ubican como uno de los países más desiguales del mundo y destacar la importancia que tienen las víctimas en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.