Por Juan de Dios Vivas-Satizábal para www.todosesupo.com
En Yumbo, al igual que en otros lugares, también fueron erguidas tres cruces como recuerdo del Calvario donde murió Jesús. Según relata don Alberto Mendoza Mayor en su libro Memorias de Yumbo, inicialmente las cruces estuvieron en el cerro de El Floral, al norte de la ciudad, en el decenio de 1860 y posiblemente vinieran de tiempo atrás. Años después fueron mudadas al cerro sur, al sitio donde hoy día las ven los yumbeños y los turistas, muchos de los cuales creen que son las mismas Tres Cruces de la ciudad de Cali.
Al igual que las cruces del cerro El Floral, las puestas en el cerro sur de la ciudad fueron elaboradas en guadua hasta 1952, cuando por encargo de Ricardo Ferrerosa, fue construida la cruz central en cemento. Estos trabajos fueron ejecutados por el oficial de construcción yumbeño Ángel Antonio Vásquez con recursos de Ricardo Ferrerosa.
En 1954 las dos cruces restantes fueron hechas en concreto, labor en la que se empeñó Antonio José Ferrerosa con el concurso de la ciudadanía, cumpliendo el encargo que le dejara su tío Ricardo antes de morir. Cada año, con cargo al erario, eran enlucidas por Alfredo Satizábal Prado quien, desafiando los vientos y la altura, se arriesgaba a dejar blancas las cruces para cada tres de mayo.
El cerro de las Tres Cruces se convirtió en lugar de peregrinación de los yumbeños cada Viernes Santo para el rezo del Vía Crucis, y el 3 de mayo, cuando en las horas de la tarde se celebraba la Eucaristía. En la noche muchas personas subían al cerro en romería portando antorchas para iluminar las tres cruces con llantas encendidas. Esta celebración también era aprovechada por los niños y adolescentes que subían al cerro en compañía de sus padres y hermanos mayores para internarse por los socavones de las minas de carbón que circundaron a Yumbo.
Hoy día el cerro tutelar de los yumbeños se encuentra rodeado de barrios formados sin planeación en Yumbo (Las Cruces, sector del Mirador, etc.). En estos sectores hay personas que luchan porque el sitio y sus vías de acceso estén bien para recibir a los peregrinos que en número cada vez menor se aventuran a ir a visitar las Tres Cruces. Y también hay quienes han abogado para que el cerro sea un lugar turístico, un buen mirador para apreciar la parte urbana y rural de Yumbo, su zona industrial, el valle del río Cauca y más al sur, la ciudad de Cali.
Don Ernesto Lenis Díaz siempre quiso que en el sector de El Portachuelo (no Las Tetas como personas desinformadas de la historia de Yumbo le llaman a la depresión formada entre el cerro de Las Tres Cruces y la loma donde se asienta el barrio Buenos Aires), se construyera un parador turístico para dar a conocer la historia local, en tanto que en ese sitio fue el sitio de los rituales de los indígenas Xiu-Boi, antiguos pobladores de Yumbo. Este fue un deseo que don Ernesto se llevó a la tumba; pueda ser que algún día se haga realidad.
La noche del 19 de septiembre de 2013 los yumbeños vieron iluminadas las Tres Cruces como acción de la exitosa campaña ciudadana 100 acciones positivas por Yumbo, como preludio a la gran jornada desarrollada el domingo 22 de septiembre de ese año.