Gracias a la tecnología, que cada vez avanza a pasos agigantados, es muy fácil encontrar la información de todo lo que sucede en el mundo. Las redes sociales son una herramienta importante, pero a la vez peligrosa, para ser usada cuando se quiera dar a conocer alguna noticia ya que no hay imparcialidad en la persona que la publica, y solo se expone una cara de la moneda.
Lo que en un principio se creó para lanzar al ciberespacio información personal que iba a ser compartida con familiares y amigos, se convirtió en un lugar, para algunos, donde poder ejercer una especie de “reportería” en las calles. De hecho, mucho “periodista” profesional incomprensiblemente ha optado por no ir al lugar de los acontecimientos a cubrir la noticia, sino que opta por la facilidad de recoger todo lo que los nuevos informantes difunden con sus celulares.
En momentos puntuales como los de ahora en Colombia, en el que la mayoría de los medios de comunicación ocultan la gravedad de lo que le está sucediendo a la ciudadanía, una de las pocas opciones de poder conocer los sucesos diarios, casi en tiempo real, es precisamente a través de lo que se comparte por el teléfono o en algunas redes, aunque es evidente que la censura también está llegando a estas últimas.
Para los que vivimos lejos de nuestro país, recibir esta información, independientemente de que nos preocupemos, por lo menos nos lleva a estar enterados de la situación y poder tener una opinión sobre lo que está ocurriendo, así no suframos todo este gran problema en primera línea de combate. Vivir en la distancia no nos quita ni los derechos ni los deberes como colombianos, si así lo fuera no podríamos votar y sí que lo hacemos. Es cierto que también hay gente que vive fuera y le da lo mismo lo que esté pasando en el país, pero eso es otro tema.
Es así, entonces, como desde la distancia se puede apreciar un muy preocupante momento histórico para el país. El gobierno, en el afán de recoger dinero para cumplir con unas obligaciones adquiridas, propuso otra Reforma Tributaria y la gente no aguantó más. Mas el problema no fue la Reforma, ésta solo fue la gota que llenó el vaso. El pueblo sintió que ya no tenían más de donde les podían quitar y le dio igual salir a protestar en medio de la pandemia, casi que les daba igual la muerte. Es un reclamo ante un acumulado de abusos durante muchísimos años hasta que el globo explotó. Ahora hay un ambiente de incertidumbre general. Sin embargo, habrá que hallar la manera de que cada uno calme los ánimos reinantes. Costará, viendo lo que se ve, pero toca hacerlo.
Por Boris J. Abadía V. para www.todosesupo.com

Boris J. Abadía V., yumbeño radicado en España.
Los Dateados es un espacio de opinión independiente y libre expresión donde se refleja exclusivamente las ideas del autor del artículo; por lo tanto, no compromete la posición de Los del Medio S.A.S., ni del portal Todosesupo.com